miércoles, 6 de enero de 2016

¿PARA QUÉ SIRVE EL CADE? (PUBLICADO 07 DE DICIEMBRE 2015)

La Conferencia Anual de Ejecutivos, CADE, es un evento que cada fin de año organiza el IPAE, y que reúne a empresarios, inversionistas, periodistas nacionales y extranjeros, y cada cuatro años, a los presidenciales. Claro que no a todos. Invitan, generalmente, a los cuatro primeros señalados por las encuestas. Este año fue una excepción. Invitaron a 5. ¿Por qué? Pues el desplazamiento de César Acuña, que dejó en el quinto lugar a Toledo, los obligó. No podía quedar fuera del evento un expresidente, ni tampoco a alguien que, en esos momentos, ya le mordía la nuca a García Pérez y que, unos días después, terminara desplazándolo al tercer lugar.
Así las cosas, las presencias de Toledo, quien abrió las presentaciones del viernes, y de Keiko Fujimori, no causaron mayores expectativas. El expresidente quiso gastarse algunas bromas con los asistentes, pero no tuvo eco. Quién sabe si su afán de seguir dando cuenta de sus inicios ya son tan conocidos que ya no interesa escucharlos. Fujimori, a la que se nota la están preparando a pasos acelerados, tiene una oratoria monocorde y aburrida. El mantener en su entorno a gente que trabajó y sigue trabajando con el dictador, le resta credibilidad. En cinco años de campaña no ha podido superar el 30%, y en estos cuatro meses que falta, va a ser difícil que logre un porcentaje más alto.
Lo más destacable de PPK fue su fuerte resfrió y la tos que entrecortaba su mensaje. Para todos debe haber surgido la pregunta: “¿Qué pasa si es electo presidente y tiene que renunciar por equis razones de salud? ¿Quién entra? ¿Será acaso el abanderado de los homosexuales?” Yo respeto las opciones, pero, particularmente, no me gustaría que mi país tuviese un presidente con esas características. PPK, a pesar de estar como pez en el agua, no logró estremecer al auditorio, lo que, presumiblemente, conlleve a que, tanto Acuña como García lo desplacen del segundo lugar que hasta hoy ocupa.
“Bájate a Acuña”, ha puesto como título a un brillante comentario, publicado en su blog, Rosa María Palacios. No es opinión de ella, es el pedido que le han empezado a hacer empresarios y colegas limeños. César Acuña ha llamado la atención en CADE con su deficiente oratoria, con las respuestas muchas acertadas y otras que provocaban risas. Para algunos analistas, salió airoso de la prueba. Lo que, algunos de los exquisitos periodistas limeños no entienden es que, Acuña representa, con mayor autenticidad, al peruano menos favorecido, al hombre de a pie, al que los medios no buscan para saber sus angustias, sus penas, sus alegrías, lo que esperan de la vida.
Acuña se está enfrentando contra mucha gente que lo quiere “muerto” políticamente, porque no aceptan que sea quien es. “Lo he logrado todo, solo me falta ser Presidente del Perú”, ha dicho a sabiendas que, el poderoso grupo El Comercio, con sus satélites escritos y los canales de televisión que poseen, no lo quieren. Me pregunto: “¿será porque tiene como empleado de su grupo a Francisco Miró Quezada, el ex director del decano de la prensa?” No le perdonan que el serrano que nació en un caserío de Chota, lo tenga como asalariado a un miembro de una de las familias de mayor abolengo del país.
Y qué decir del “primer actor nacional”, pues que estuvo en su salsa. Desde que apareció en el escenario, movió los micrófonos, paseó su mirada por el auditorio, sonrió y saludó a muchos conocidos y nos dio un mensaje, pensando más en los televidentes que en los que estaban en la sala. Les tomó el pelo a sus panelistas y, como siempre, dejó volar su imaginación, tanto para sus ofrecimientos como para criticar a sus adversarios. “Más de lo mismo”, dijeron algunos asistentes entrevistados. García será siempre un orador excepcional, un encantador de serpientes. Ya lo conocemos, pero igual muchos votarían por él. Por eso me pregunto: ¿PARA QUÉ SIRVE EL CADE?

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