miércoles, 20 de enero de 2016

EL PEQUEÑO PARTIDO CAPITALINO

En Diciembre de este año, el Partido Popular Cristiano va a cumplir 50 años de existencia. Nunca han podido poner a uno de sus miembros como presidente de la república, sin embargo, de toda su historia, han sabido ser aportes muy importantes para los gobiernos de turno, incluyendo al de los tiempos aciagos del Fujimontesinismo. En Lambayeque, no han sido tampoco una fuerza preponderante. En un momento, tuvieron un parlamentario, Franco Carpio, y por allí un par de alcaldes distritales. Nada más.

Nunca antes la interna del PPC había concitado en Lambayeque tanta expectativa como en estos últimos días. Esto, a raíz de la elección de quién sería el representante en la lista congresal, que debería presentar la Alianza Popular para los próximos comicios. El PPC tenía un solo cupo, al que se le había asignado el número 3. Hubo, al principio de la convocatoria, varios postulantes. La elección iba a ser de manera indirecta, es decir, a través de la votación de 7 delegados.

Conforme pasaban los días, se iban retirando varios de los postulantes, hasta que, al final, solo quedaron: Germán Preciado, Rafael Aita y Esther Vásquez. Cuando se convocó el proceso, la dirigencia nacional del PPC señaló que, el representante podía ser hombre o mujer. Sin embargo, a última hora quisieron cambiar las reglas de juego.

Presionados por sus flamantes socios, los dirigentes limeños anunciaron que, por Lambayeque, iban a presentar a una mujer. Era Esther Vásquez. Esto causó molestia en la militancia local. Preciado, todavía Secretario General, convocó a la prensa y anunció una ruptura de la Alianza en Lambayeque, en caso que Lima no respetara la modalidad inicialmente dispuesta. La respuesta, según he sabido, la dio Lourdes Flores: “disculpa Germancito. Ha habido un error, nosotros habíamos acordado con el APRA en que una mujer nos representaría. Yamashiro se olvidó de decirles. Pero, no se preocupen porque más adelante habrá oportunidades para todos “.

Militantes apepistas presionaron entonces a Preciado. “Aquí hacemos la elección de nuestro candidato, sea hombre o mujer. Nosotros decidimos”. El secretario general prefirió, entonces, declinar su candidatura. Quedaron solo Aita y Vásquez, y seis militantes para decidir al ganador. Al final de la tarde del viernes, se dio el resultado. Los seis votos fueron para Rafael. Para evitar cualquier problema, buscaron el aval del JNE, que envió un representante, y se levantó un acta, ratificando el debido proceso en la elección de Rafael Aita.

Sin embargo, ahora viene lo bueno. Todos los pepecistas sabían que, detrás de la candidatura de Vásquez, estaban, entre otros, Alberto Beingolea  y Javier Velásquez. El primero, por su amistad con la conductora de televisión, y, el segundo, por su interés de no disputar con Aita el único cupo que podría tener FP para el Congreso. Sus adláteres se encargaron de difundir por las redes que, Vásquez era la número 3. Pero, se dieron contra la pared, y ahora, Aíta va con todo, porque se respeta su designación. ¿Alguien habló de acción de amparo, con medida cautelar?

Allegados al ex Presidente del Jockey, no descartan esta posibilidad. Hay un antecedente en el APRA: cuando Velásquez lo sacó de carrera a Falla Lamadrid y éste tuvo que recurrir a la justicia que, finalmente, le dio la razón. Así que, nos aprestamos a ver si, a sus 50 años, el PPC es de verdad una institución política, seria y confiable para todo el país, o sigue siendo EL PEQUEÑO PARTIDO CAPITALINO.

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