viernes, 15 de enero de 2016

¿ES KEIKO FUJIMORI UN SALTO AL VACÍO?

Tenía solo 19 años cuando tuvo que asumir responsabilidades mayores, al reemplazar a su maltratada, vejada y humillada madre en su papel de “Primera Dama”. Era Abril de 1994 y cumplió el cargo hasta la huida vergonzosa de su padre, el ex dictador Alberto Fujimori. Desde entonces, y por más esfuerzos que realizan sus adláteres, no ha podido desprenderse de la imagen de hija desnaturalizada que prefirió el relumbrón del poder antes que el amor a la mujer que le dio la vida.

Keiko Sofía Fujimori Higushi es la mayor de cuatro hermanos. Nadie puede decir que la hija no sabía lo que hacía el padre. Fue testigo silenciosa de las barbaridades que se cometían en esos años deshonrosos y humillantes de la dictadura “fujimontesinista” que padecimos los peruanos.

Con el escape y posterior renuncia por fax del hoy solitario inquilino del penal de la DINOES, Keiko volvió a Estados Unidos a culminar sus estudios en Administración de Empresas. En el 2006 fue elegida Congresista con la mayor votación. Más de 600 mil limeños votaron por ella, quizás desilusionados por los graves errores del Presidente Toledo. Quizás por el recuerdo que los fujimoristas no dejaron que se perdiera, que gracias a él nos habíamos librado del terrorismo. Quizás porque así son los limeños, votan por votar y luego están quejándose.

Durante mucho tiempo estuvo ausente del Congreso, primero, porque fue a terminar sus estudios en Estados Unidos, y luego, por maternidad. No fue una congresista destacada, pero sí una activista política perseverante. En el 2009, empezó a recolectar firmas para crear su partido Fuerza Popular, y en el 2011, candidateó para ser Presidenta. No lo logró, pero se convirtió en la primera mujer, en pasar a una segunda vuelta electoral. Su partido puso poco más de 30 congresistas  que, al igual que otros financistas de vieja y nueva cuña, decidieron asignarle una cantidad mensual de dinero, para que sobreviva junto a su esposo y a sus dos hijas. Pero también, para que trabaje a tiempo completo en Fuerza Popular.

Y a eso se ha dedicado. O sea no tiene la mínima idea de lo que significa trabajar para conseguir los fondos para pagar una planilla. No sabe qué tiene que hacer el ciudadano de clase media para llevar los alimentos a su hogar, para pagar colegios, medicinas, vestuario, la luz y el agua. Ese maestro de 1,200 soles mensuales, o ese comerciante que vende en el piso, papas, camotes, o cebollas y que a las justas saca 10 o 15 soles para el diario de su hogar.

¿Y quiere ser Presidenta? La mochila que carga Keiko es bastante pesada, aunque, aquellos que se hicieron ricos y famosos con su padre, hagan lo imposible por mostrarnos otra faceta. Que reconozca que la labor de la Comisión de la Verdad ha sido buena, que lamente la esterilización de miles de mujeres, que diga que hay una deuda pendiente del “fujimorismo” en la lucha contra la corrupción, suena un poco a estrategia nueva, a mirar las elecciones, jugando con el sentimiento de esos 70% de peruanos que no la aceptan, que no la quieren de Presidenta.

Acaba de inscribir a su plancha presidencial, y ha sacado de las catacumbas fujimoristas a un verdadero matón político de saco y corbata como resulta ser José Chlimper Ackerman, quien fuera ministro de agricultura en los años de la dictadura, y que demostrara su matonería en una entrevista, cuando dijo: “Yo, como Pepe Chlimper, con mis armas, con la licencia de DISCAMEC, para el jueves a las 6 de la tarde, iré a tomar el puerto del Callao. No es posible que 150 mil trabajadores de la agro exportación vayamos a perder el trabajo de todo un año por culpa de 600 o 700 malnacidos”

César Hildebrandt dijo entonces: “Hemos escuchado al Spiderman de Tel Aviv”. Y a este fujimorista de viejo cuño, Keiko lo ha inscrito como Primer Vicepresidente.  ¿Por orden de su papá? ¿Habrá habido alguna negociación entre padre e hija? “Sacas a Luisa María, Martha y Alejandro, pero me pones a Pepe”, puede haberle dicho el ex dictador.


Y es posible que no haya medido consecuencias. Chlimper va a ser inmanejable para  la lideresa de Fuerza Popular. Por experiencias y por capacidad laboral. Por eso la pregunta: “¿ES KEIKO FUJIMORI UN SALTO AL VACÍO?”

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