jueves, 22 de octubre de 2015

Y VA A CAER…Y VA A CAER…EDWIN OVIEDO VA A CAER……¿SERÁ?


Es el quinto de seis hermanos. Nacido en el Cusco, Edwin Oviedo Pichottito (EOP) forma parte de una familia emprendedora. “Mi madre tenía una bodega en el Cusco. Después iniciamos un negocio de abarrotes, al que luego le dimos un formato de supermercado. Al inicio de los 90, mi hermana mayor, Áurea, decidió que abriéramos un almacén en La Parada, para comercializar azúcar. Luego, compramos camiones y con ellos llegamos a Chiclayo”, dijo EOP en una entrevista, allá por el 2009.

Y empezaron a comprar azúcar a Pomalca. Dicen que fue Edwin el que se dio cuenta que era otro el camino que debían transitar, si querían llegar a convertirse en un emporio económico. Los trabajadores en Pomalca atravesaban una muy aguda crisis laboral. Muchos pedían licencia para ir en busca de trabajo a otros lugares. Los que se quedaban sabían que, aun trabajando los 30 días del mes, solo recibirían el pago de una semana, a lo mucho. El hambre campeaba entre los pomalqueños. El hambre que se vuelve desesperación. Desesperación que, luego termina en acciones de violencia, con resultados dañinos en lo material y a nivel de seres humanos.

Los viejos socios de Pomalca tenían papeles que representaban sus acciones, producto de largas décadas de trabajo. Sin embargo, no valían nada. No sabían qué hacer con ellos. Algunas familias vieron fallecer al tronco que las formó. Se fueron socios que nunca pudieron sacar provecho de los papeles, que les decían que eran dueños de Pomalca.

En uno de esos años de tragedia griega que vivieron los pomalqueños, un empresario local intentó ingresar a la empresa. Sabía que el riesgo era alto, pero su bolsillo parecía no tener fondo. Olivio Huancaruna fue el personaje que busco convertirse en el salvador, pero su intención no tuvo éxito y retiró su nave. Ya el grupo Oviedo, que todavía no era conocido como tal, compraba azúcar que luego llevaba a Lima. Con seguridad puedo decir que, estuvo también entre las empresas, a los que los gerentes de Pomalca acudían para que los apoyaran económicamente, para que los ayudaran a pagar las planillas y a sostener la operatividad de la fábrica.

¿En qué momento EOP descubre que el negocio era comprar las acciones, sobre todo de los jubilados? No se conoce con exactitud. Lo cierto es que, como el mismo Edwin lo ha dicho en Octubre del 2004, entran a manejar Pomalca. Ya tenía a su lado a un hombre que fue fundamental en todo este tiempo que están en Pomalca. Antonio Becerril Rodríguez. Comerciante de azúcar como los Oviedo, casi vecinos en Santa Anita. Becerril tenía experiencia en la gerencia de empresas azucareras. Fujimorista hasta el hueso, fue congresista, pero nunca perdió presencia en las empresas agro azucareras.

Más o menos, en el 2008, entrevisté por primera vez a EOP en mi programa televisivo “ASÍ SOMOS”. No lo había tratado antes, pero me di cuenta que, era un hombre sencillo, que era consciente de lo humilde de su origen y de las dificultades que tendría que vencer para triunfar en la vida. Supe entonces que, cuando llegó a Chiclayo, vivió durante un buen tiempo en uno de esos hoteles de dos estrellas que hay en la Avenida Pedro Ruiz, hasta que, el desparecido Rumenus Scander, le dijo que vaya a vivir al Garza Hotel.  Así lo hizo y él y las oficinas de Pomalca, se quedaron hasta hoy.

Los primeros meses de su gestión en Pomalca estuvieron teñidos de sangre. Tanto que “una noche, al enterarme de los actos violentos, me puse a llorar y le dije a Antonio, que renunciaba. Que yo no había llegado a causar heridas. Que lo que quería era trabajar. En serio yo me iba”, me dijo, con la sinceridad de quien no intentaba guardar nada, pero Becerril lo convenció que debía seguir. Y, así lo hizo.

En apariencia, las cosas empezaron a mejorar en Pomalca en el 2009, cuando los trabajadores empiezan a recibir paulatinamente sus sueldos. Pomalca crecía aritméticamente. El Grupo Oviedo lo hacía geométricamente. Y así, llegaron las épocas de la diversificación de cosechas, de mejoramiento de fábrica, de intensificación de los sembríos de caña de azúcar, de las celebraciones multitudinarias del Día del Trabajo, del de la Madre, del de la Secretaría. Pomalca, parecía haber salido del infierno de Dante, para convertirse en una isla paradisiaca, envidiada  en todo el sector azucarero.

Y, entonces, bien aconsejado, EOP decidió hacer proyección social hacía Chiclayo y a los chiclayanos. No pasaba mes sin que el Grupo Oviedo y, sobretodo, Pomalca, trajese a un personaje importante a nivel intelectual, político o deportivo, para que expusiera sus experiencias ante nuestra comunidad.  En Octubre del 2008, Oviedo se juega una carta difícil. El Juan Aurich iba a perder la categoría en el fútbol profesional, cuando, a su presidente, Juan Merino Aurich, se le prende el foco y le ofrece la Vice presidencia a EOP. El cusqueño acepta y lo primero que hace es ofrecerle un contrato a Franco Navarro por dos años. Algunos dijeron: “está loco. ¿Y si baja?”

El Aurich no solo mantuvo la categoría, sino que, tres años después, logró su primer título en el fútbol peruano. Llegaba la hora del Oviedo, que se bañaba en el calor de la multitud futbolera, que lo aplaudió varias veces en el estadio, cuando el Aurich presentaba al equipo del año y él bajaba de la tribuna para dirigir unas palabras. “Oviedo presidente” rugían las gradas, y él respondía con los brazos en alto, tamañas muestras de cariño.  Dicen que por el Aurich dejó de gustar del huayno y que su canción preferida, es (o era) “Chiclayano soy a mucha honra señores”.

Dicen, los que saben, que presidir un equipo de fútbol es peor que tener dos mujeres. Y, Edwin lo fue aprendiendo de a poco. “Nunca había viajado en primera clase de un avión, y muchas veces, el uso de los cubiertos y de las copas era, para él, un problema de trigonometría, álgebra y matemáticas avanzadas”, me dijo una vez Juan Merino Aurich, y agregó: “pero aprende pronto. Es como una esponja, absorbe todo y luego camina solo”.

Y, entonces, cabe la pregunta: ¿En qué momento se jodió Edwin Oviedo Pichotito? ¿Qué es lo que hizo o dejo de hacer, para que hoy tumaneños y pomalqueños lo vean como al diablo? Como al enemigo mayor, al que hay que destruir.  Más de 110 días tienen en huelga los trabajadores de Tumán. En Pomalca estuvieron casi la mitad. Sus críticos, señalan que, el Grupo Oviedo los ha maltratado, los ha explotado.  Ni siquiera, el dejar de lado a Antonio Becerril ha liberado a EOP de la cólera de los trabajadores de Tumán.

Allí no le perdonan que, por una deuda de dos millones de dólares, se haya quedado más de los dos años que, estiman, debió demorar el recuperar su inversión. No le perdonan el saber que maquinaria de terceros, algunas voces señalan que serían de los Becerril, hayan dejado de lado la maquinaria propia. Aseguran que, una camioneta 4x4 del ex gerente de Pomalca, la había alquilado para una gerencia de Tumán. “Para sus amigos, sí hay dinero, pero pagar las deudas pendientes de las AFP,  no” dicen mortificados y agresivos los tumaneños.

Y, entonces, el fin de semana pasada, explotó la bomba. El Ministerio Público lo acusa de liderar una organización criminal que, habría llevado la ejecución de varias personas que eran incómodas para el Grupo Oviedo. Un juez decide la prisión preventiva para doce acusados, pero deja libres a EOP y a otros de sus principales funcionarios. La Fiscalía, por supuesto, ha apelado la sentencia del juez, la misma que ha generado la reacción mortificada de Giovanna del Río, la Presidenta de la Junta de Fiscales. ¿Y entonces?

Hay quienes apuestan que, la Sala que verá el caso, va a rectificar la decisión del juez de nombre raro y concederá el pedido fiscal. ¿Veremos a EOP ingresando a prisión, acusado, no de fraudes, ni de actos corruptos, sino de crímenes? Cuesta creerlo. El hombre que ayudó a mucha gente, a gente humilde y a gente poderosa. El hombre que le dio alegría al pueblo futbolero de Chiclayo. Aquél que pasó de ser un muchacho que calzaba “yanques” a vestirse con ternos de marca, para tomarse fotos con presidentes, ministros, congresistas y, últimamente, hasta con el presidente de la FIFA. Ese mismo que, tiene el futuro sombrío, cuesta arriba y en terreno fangoso.


Y, entonces, las voces que ayer gritaban “Oviedo presidente”, hoy gritan enfebrecidos: “Y VA A CAER…Y VA A CAER…EDWIN OVIEDO VA A CAER……¿SERÁ?

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