Es el quinto de seis hermanos.
Nacido en el Cusco, Edwin Oviedo Pichottito
(EOP) forma parte de una familia emprendedora. “Mi madre tenía una bodega en el Cusco. Después iniciamos un negocio de
abarrotes, al que luego le dimos un formato de supermercado. Al inicio de los
90, mi hermana mayor, Áurea, decidió que abriéramos un almacén en La Parada,
para comercializar azúcar. Luego, compramos camiones y con ellos llegamos a
Chiclayo”, dijo EOP en una entrevista, allá por el 2009.
Y empezaron a comprar azúcar a
Pomalca. Dicen que fue Edwin el que se dio cuenta que era otro el camino que
debían transitar, si querían llegar a convertirse en un emporio económico. Los
trabajadores en Pomalca atravesaban una muy aguda crisis laboral. Muchos pedían licencia para ir en busca de
trabajo a otros lugares. Los que se quedaban sabían que, aun trabajando los 30
días del mes, solo recibirían el pago de una semana, a lo mucho. El hambre
campeaba entre los pomalqueños. El hambre que se vuelve desesperación.
Desesperación que, luego termina en acciones de violencia, con resultados
dañinos en lo material y a nivel de seres humanos.
Los viejos socios de Pomalca tenían papeles que representaban sus
acciones, producto de largas décadas de trabajo. Sin embargo, no valían nada.
No sabían qué hacer con ellos. Algunas familias vieron fallecer al tronco que
las formó. Se fueron socios que nunca pudieron sacar provecho de los papeles,
que les decían que eran dueños de Pomalca.
En uno de esos años de tragedia griega que vivieron los pomalqueños, un
empresario local intentó ingresar a la empresa. Sabía que el riesgo era alto,
pero su bolsillo parecía no tener fondo. Olivio Huancaruna fue el personaje que
busco convertirse en el salvador, pero su intención no tuvo éxito y retiró su
nave. Ya el grupo Oviedo, que todavía no era conocido como tal, compraba
azúcar que luego llevaba a Lima. Con seguridad puedo decir que, estuvo también
entre las empresas, a los que los gerentes de Pomalca acudían para que los
apoyaran económicamente, para que los ayudaran a pagar las planillas y a
sostener la operatividad de la fábrica.
¿En qué momento EOP descubre que
el negocio era comprar las acciones, sobre todo de los jubilados? No se conoce
con exactitud. Lo cierto es que, como el mismo Edwin lo ha dicho en Octubre del
2004, entran a manejar Pomalca. Ya tenía a su lado a un hombre que fue
fundamental en todo este tiempo que están en Pomalca. Antonio Becerril Rodríguez. Comerciante de azúcar como los Oviedo,
casi vecinos en Santa Anita. Becerril tenía experiencia en la gerencia de
empresas azucareras. Fujimorista hasta
el hueso, fue congresista, pero nunca perdió presencia en las empresas agro
azucareras.
Más o menos, en el 2008,
entrevisté por primera vez a EOP en mi programa televisivo “ASÍ SOMOS”. No lo había tratado antes,
pero me di cuenta que, era un hombre sencillo, que era consciente de lo humilde
de su origen y de las dificultades que tendría que vencer para triunfar en la
vida. Supe entonces que, cuando llegó a
Chiclayo, vivió durante un buen tiempo en uno de esos hoteles de dos estrellas
que hay en la Avenida Pedro Ruiz, hasta que, el desparecido Rumenus Scander, le
dijo que vaya a vivir al Garza Hotel. Así
lo hizo y él y las oficinas de Pomalca, se quedaron hasta hoy.
Los primeros meses de su gestión
en Pomalca estuvieron teñidos de sangre. Tanto que “una noche, al enterarme de los actos violentos, me puse a llorar y le
dije a Antonio, que renunciaba. Que yo no había llegado a causar heridas. Que
lo que quería era trabajar. En serio yo me iba”, me dijo, con la sinceridad
de quien no intentaba guardar nada, pero Becerril lo convenció que debía
seguir. Y, así lo hizo.
En apariencia, las cosas
empezaron a mejorar en Pomalca en el 2009, cuando los trabajadores empiezan a
recibir paulatinamente sus sueldos. Pomalca crecía aritméticamente. El Grupo
Oviedo lo hacía geométricamente. Y así,
llegaron las épocas de la diversificación de cosechas, de mejoramiento de
fábrica, de intensificación de los sembríos de caña de azúcar, de las
celebraciones multitudinarias del Día del Trabajo, del de la Madre, del de la
Secretaría. Pomalca, parecía haber salido del infierno de Dante, para
convertirse en una isla paradisiaca, envidiada
en todo el sector azucarero.
Y, entonces, bien aconsejado, EOP
decidió hacer proyección social hacía Chiclayo y a los chiclayanos. No pasaba
mes sin que el Grupo Oviedo y, sobretodo, Pomalca, trajese a un personaje
importante a nivel intelectual, político o deportivo, para que expusiera sus
experiencias ante nuestra comunidad. En Octubre del 2008, Oviedo se juega una
carta difícil. El Juan Aurich iba a perder la categoría en el fútbol
profesional, cuando, a su presidente, Juan Merino Aurich, se le prende el foco
y le ofrece la Vice presidencia a EOP. El cusqueño acepta y lo primero que hace
es ofrecerle un contrato a Franco Navarro por dos años. Algunos dijeron: “está
loco. ¿Y si baja?”
El Aurich no solo mantuvo la
categoría, sino que, tres años después, logró su primer título en el fútbol
peruano. Llegaba la hora del Oviedo, que se bañaba en el calor de la multitud
futbolera, que lo aplaudió varias veces en el estadio, cuando el Aurich
presentaba al equipo del año y él bajaba de la tribuna para dirigir unas palabras.
“Oviedo presidente” rugían las
gradas, y él respondía con los brazos en alto, tamañas muestras de cariño. Dicen
que por el Aurich dejó de gustar del huayno y que su canción preferida, es (o
era) “Chiclayano soy a mucha honra señores”.
Dicen, los que saben, que
presidir un equipo de fútbol es peor que tener dos mujeres. Y, Edwin lo fue
aprendiendo de a poco. “Nunca había
viajado en primera clase de un avión, y muchas veces, el uso de los cubiertos y
de las copas era, para él, un problema de trigonometría, álgebra y matemáticas
avanzadas”, me dijo una vez Juan Merino
Aurich, y agregó: “pero aprende
pronto. Es como una esponja, absorbe todo y luego camina solo”.
Y, entonces, cabe la pregunta: ¿En qué momento se jodió Edwin Oviedo
Pichotito? ¿Qué es lo que hizo o dejo de hacer, para que hoy tumaneños y
pomalqueños lo vean como al diablo? Como al enemigo mayor, al que hay que
destruir. Más de 110 días tienen en
huelga los trabajadores de Tumán. En Pomalca estuvieron casi la mitad. Sus críticos, señalan que, el Grupo Oviedo
los ha maltratado, los ha explotado. Ni
siquiera, el dejar de lado a Antonio Becerril ha liberado a EOP de la cólera de
los trabajadores de Tumán.
Allí no le perdonan que, por una
deuda de dos millones de dólares, se haya quedado más de los dos años que,
estiman, debió demorar el recuperar su inversión. No le perdonan el saber que maquinaria de terceros, algunas voces
señalan que serían de los Becerril, hayan dejado de lado la maquinaria propia. Aseguran
que, una camioneta 4x4 del ex gerente de Pomalca, la había alquilado para una
gerencia de Tumán. “Para sus amigos, sí
hay dinero, pero pagar las deudas pendientes de las AFP, no” dicen mortificados y agresivos los
tumaneños.
Y, entonces, el fin de semana
pasada, explotó la bomba. El Ministerio
Público lo acusa de liderar una organización criminal que, habría llevado la
ejecución de varias personas que eran incómodas para el Grupo Oviedo. Un
juez decide la prisión preventiva para doce acusados, pero deja libres a EOP y
a otros de sus principales funcionarios. La Fiscalía, por supuesto, ha apelado
la sentencia del juez, la misma que ha generado la reacción mortificada de
Giovanna del Río, la Presidenta de la Junta de Fiscales. ¿Y entonces?
Hay quienes apuestan que, la Sala que verá el caso, va a rectificar la
decisión del juez de nombre raro y concederá el pedido fiscal. ¿Veremos a
EOP ingresando a prisión, acusado, no de fraudes, ni de actos corruptos, sino
de crímenes? Cuesta creerlo. El hombre
que ayudó a mucha gente, a gente humilde y a gente poderosa. El hombre que le
dio alegría al pueblo futbolero de Chiclayo. Aquél que pasó de ser un muchacho
que calzaba “yanques” a vestirse con ternos de marca, para tomarse fotos con
presidentes, ministros, congresistas y, últimamente, hasta con el presidente de
la FIFA. Ese mismo que, tiene el futuro sombrío, cuesta arriba y en terreno
fangoso.
Y, entonces, las voces que ayer
gritaban “Oviedo presidente”, hoy
gritan enfebrecidos: “Y VA A CAER…Y VA A CAER…EDWIN OVIEDO VA A CAER……¿SERÁ?”
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