Estos últimos días han sido muy
mediáticos para el tres veces Alcalde de Chiclayo y ex congresista, Arturo
Castillo. El editor de La República le hizo una entrevista que publicó, a
página completa, en la edición del último domingo. En La Industria y el Correo
aparecen declaraciones, donde, como siempre, pontifica sobre la realidad de la
MPCh.
Acostumbrado a mentir y a
aprovecharse del desconocimiento histórico de sus gestiones que tienen algunos
entrevistadores, Castillo se muestra como un santo de altar. Intocable e
incorruptible. Erudito y constructor. El verdadero "salvador" de
Chiclayo, de lo que están convencidos algunos miles de chiclayanos que lo
siguen fervorosamente.
En la entrevista dominical dice
muy "suelto de huesos": "Cuando dejé la alcaldía habían 980
trabajadores en total, pero cuando regresé, encontré 2,400 servidores"
responsabilizándonos a Miguel Ángel Bartra y a mí de esa situación. Lo que no
le dice, ni el entrevistador le pregunta porque desconoce el tema, es que él
aumentó el sueldo de los empleados y el salario de los obreros, en casi 100%,
cuando el gobierno de Fujimori anuló una serie de ingresos municipales y creó
el FONCOMUN.
Castillo olvida decir que, la
cantidad de dinero que llegó era de tal magnitud que, no sabía qué hacer con
él. Por eso, alentó a que, correligionarios suyos, dejaran sus puestos en los
sectores de Salud, Educación y Agricultura y fueran a trabajar a la MPCh. De
ganar 600 soles mensuales, esa gente que llevó el "salvador de
Chiclayo" a la municipalidad, pasaron a ganar más de mil y en algunos, más
de dos mil soles. Hoy, ya hay varios jubilados, y la carga económica que tiene
que enfrentar cualquier administración en el tema de los pensionistas, siempre será
pesada, pues pertenecen a la 20530, sin que sea culpa de ellos, por supuesto.
Y si es verdad que se tuvo que
aumentar el número de trabajadores, es porque, en determinado momento y por
efectos de El Niño, se tuvo que contratar. Le recuerdo al "salvador de
Chiclayo", que yo dejé sin renovación de contrato a cerca de 500
trabajadores. La mitad se fue y la otra mitad fue repuesta por el PJ, que no
tuvo en cuenta la precaria situación económica de la MPCh.
Pero, soberbio como es Castillo,
al regresar por tercera vez a la alcaldía, botó a 1000 trabajadores, en una
nefasta emergencia administrativa a la que sometió a la MPCh. Pero, al mismo
tiempo que botaba, contrataba, pensando, seguramente, en que nadie se iba a dar
cuenta. Esa acción prepotente le ha costado varios miles de soles al municipio
que, hasta hoy, se están pagando.
No es necesario que diga mucho
sobre Cornejo, porque todavía no redondea su faena. Está recién empezando y sus
aciertos y errores recién empiezan a escribirse. Pero, sin duda, hay mucha
similitud entre el "salvador de Chiclayo" y el hombre (Cornejo) que
tiene a Dios como a su principal asesor.
Ambos poseen una oratoria
verborragica. Nadie puede interrumpirlos. Nadie puede opinar en contrario. El
que tiene opiniones discrepantes, o es separado del grupo de acólitos que les
agrada tener, o es insultado por los "esbirros" que suelen estar a
sus lados, por unas cuantas migajas que les puedan dar.
Castillo tuvo en Sergio Luna, un
crítico cercano, al que no pudo manejar, y lo convirtió en su enemigo. Cornejo
tiene en Liliana Barrantes a una persona
que no le va a permitir ningún exceso en su gestión. O, que cometa actos
impropios. A Liliana la prensa la va a escuchar y la opinión pública le va a
creer. Grave problema, para el "emperador".
Si bien Castillo era un negrero
practicante en el trato con los trabajadores, Cornejo va camino a serlo. No le
gustan contradicciones, gente que dude de su capacidad y de su condición de
"iluminado". Y a los dos les gusta, les encanta, les fascina, el ditirambo,
la lagotería permanente de sus seguidores.
A las críticas de Castillo, el
alcalde Cornejo le ha respondido con un misil a la línea de flotación del ex
alcalde. “Me pueden calificar de soberbio, pero yo no soy incendiario".
Curuju, donde más le duele al "salvador de Chiclayo". Y ahora,
pues, ahora se viene lo bueno, sobre
todo, teniendo en cuenta que, falta poco para que la zona donde vive Castillo
se convierta en una sucursal de Moshoqueque, o del propio Modelo. Allí sí que
va a arder Troya.
Mientras tanto habrá que
contemplar estos escarceos mediáticos entre CORNEJO Y CASTILLO....SOBERBIA VS
SOBERBIA
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