Todos quieren
pegarle. Muchos quisieran romperla, empezando por nuestras más encumbradas
personalidades y hasta los más humildes usuarios del sistema.
EPSEL es, sin duda, una de las
empresas que genera más controversia en la Región. Claro que, la mayoría
nos mortificamos y nos preocupamos por
lo que pasa en Chiclayo, pero no tenemos la menor idea de lo que sucede en
localidades alejadas como: Oyotún, Nueva Arica, Motupe, Olmos, entre otras.
Allí donde el servicio se da por horas, o las tuberías de desagüe no funcionan,
o las aguas servidas se arrojan a donde apunte la tubería.
Y las críticas
normalmente se hacen sobre los trabajadores, como si ellos fueran los únicos
responsables. Claro que hay aquellos que no se identifican con su empresa, los
que maltratan a los usuarios cuando
presentan sus reclamos. Pero, la gran
mayoría de laburantes en EPSEL, a nivel
de empleados y obreros, son gente responsable, que sufre y se preocupa por lo
que pueda pasar a su empresa. Yo tuve la suerte de ser Director de la
Empresa por poco más de dos años, gracias a una gentileza de Miguel Ángel Bartra y algo conocí del
trabajo que allí se desarrolla.
Por aquellos
años, los alcaldes y regidores podían formar parte del Directorio, y era
entendible que cada quien tratara de llevar la mayor “cantidad de agua para sus molinos”. Eran los años de los Planes
Maestros de Agua y de Alcantarillado, que había trabajado el gobierno de
Fujimori ante la presión de los vecinos de Chiclayo y JLO, especialmente. Me
acuerdo que, muchos entre José Mires
Rimarachín, que fue uno de los que más peleó para que se construya el “Emisor Norte-Norte”, me decía: “Ya no tenemos sitio en nuestros corrales,
para construir pozos ciegos”. No mentían, ni exageraban. Lo constaté muchas
veces cuando con Miguel Ángel visitábamos el distrito.
Recuerdo que,
una de las primeras acciones que hizo Bartra fue designar al ingeniero Julio Ríos Sousa como jefe de los Planes
Maestros. Por entonces, también era
director de la empresa el reconocido ingeniero
Pablo Calle Corzo, hoy fallecido. “¿Y
quién es este Ríos Sousa. Qué ha construido. Cómo le han podido dar tamaña
responsabilidad? Cuando lo conoció y
lo trató, se convenció de su calidad personal y profesional y estuvo siempre
cerca de él. “Hay que apoyarlo”, me
decía, reconociendo hidalgamente como un error sus primeras opiniones.
Castillo Chirinos había firmado los convenios con los gobiernos
de Alemania y Francia para llevar adelante los Planes Maestros, pero no porque
él hubiese conseguido los apoyos, sino porque así lo dispuso el gobierno
fujimorista. Al designar a Ríos Sousa, Bartra le pidió que
revisara los convenios, sobre todo por el tema de los impuestos, dado a que el
MEF decía que se tenían que pagar, aun
cuando lo que viniera fuera una
donación, como era el caso de Alemania. Entonces,
Ríos descubrió que los franceses, tan generosos, tan colaboradores y también
tan fenicios, habían logrado que el “sabelotodo” firmase un convenio en el que
se incluía, “la venta de ARENA francesa para unos filtros que se iban a
instalar en la nueva Planta de Agua.
Cuando
rechazamos tan absurda venta, los franceses casi suspenden el crédito, pero su
gobierno entendió que no podía abusar de la “ingenuidad o ignorancia” de un petulante y pasarle la factura a
otra administración que descubrió el despropósito. Todos los que me conocen
saben que yo no tengo ninguna simpatía por Fujimori, pero debo ser sincero al
decir que fue él y su gobierno los que permitieron
que gran parte de los chiclayanos tuviésemos un mejor servicio de agua y
alcantarillado.
No es verdad,
como acaba de postear en su muro de Facebook el ex alcalde: “así como tampoco recibimos un centavo para
resolver los graves problemas que enfrentaba nuestra ciudad, con la carencia de
servicios de agua potable,
alcantarillado y tratamiento de aguas residuales”. Y no es correcto
que se pavoneé, diciendo que “Esos problemas pudimos resolverlos
instalando nuevas redes de agua potable de acero dúctil y construyendo una
moderna Planta de Tratamiento de Agua Potable y nuevas redes de alcantarillado
y una gigantesca Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, en las Pampas de
San José”. Eso es más falso que una
catedral construida en el Himalaya. Todo
lo que Castillo dice haber hecho, lo hizo Bartra, pero bueno, eso es parte
de la historia de EPSEL, que la puedo contar porque participé de ella.
Sin embargo, las
páginas de esa historia se siguen escribiendo, ahora con nuevos escribidores,
algunos de los cuales sabían poco o nada de la realidad de la empresa, o
llegaron a ella con otros intereses. Entre los que poco sabían está, para mí sin
ninguna duda, el actual alcalde David Cornejo. Tan cierta es mi afirmación que, en su Plan
de Gobierno, documento oficial presentado ante el JNE, APP-Cornejo señalan
refiriéndose a la empresa: “Puesta en
marcha del PLAN DE BUEN SERVICIO DE
EPSEL, CON PRESENCIA DE LAS Municipalidades Distritales y Provinciales,
participantes de su capital social, incorporando a la Mesa de Trabajo al
Sindicato de Trabajadores de esa entidad y a los Colegios Profesionales
respectivos. Restructuración administrativa para dedicarle a su trabajo
netamente técnico empresarial de servicio a la comunidad”.
Están pasando ya
7 meses de la gestión apepista-cornejista y de esa Mesa de Trabajo, ni una sola
pata se ha construido. ¿Por qué?, pues porque Cornejo no tiene el norte claro
y de eso se han aprovechado varios aventureros, que le han hecho creer que, si
quiere, ellos podían bajarle hasta la luna. No de otra manera se explica,
el zigzagueante comportamiento del Alcalde. Ante una protesta de los trabajadores de EPSEL, los amenazó con darle
pase a la propuesta de Graña y Montero y sus socios, los chilenos-españoles de
Aqualogy. Cuando lo hicieron ver su error, retrocedió y dijo que lo iba a
analizar mejor.
Después lo hicieron hablar de una Alianza
Público-Privada (APP), y dicen que le
gustó la idea por la similitud de las siglas, pero
le dijeron que eso no estaba bien, porque el dinero que en su mayor parte lo
iba a poner el estado, iba a ser manejado por la empresa privada, y solo se iba
a destinar a Chiclayo, JLO y La Victoria. Al resto de municipios socios del
sistema no les iban a dar ni el saludo. Se opusieron desde el saque Jacinto Muro y
Ricardo Velezmoro, y volvió a retroceder. Pero, como los fenicios siguen a
su lado, sin ningún logro visible que mostrar, lo volvieron a convencer para
que presente una nueva opción.
Esta vez fue el Régimen de Administración Temporal,
sistema creado para las empresas que están prácticamente en quiebra, que no es
el caso de EPSEL. Y, entonces, Cornejo ha comenzado
a mandar señales que le permitan apuntalar los consejos de quienes quieren
privatizar la empresa. Hace algunos días,
señaló sin ningún sustento, que “EN
EPSEL HAY 270 TRABAJADORES COMO EXCEDENTE
Y DEBEN IRSE”, y luego se refirió a la población laboral, diciendo que “hay 620 trabajadores y la empresa puede
funcionar con solo 350”. Pilar Cabrera, la combativa dirigente sindical, lo
aclaró, “somos 730 y durante lo que va
del año han entrado casi 30 personas”.
Pero Cornejo,
sintiendo que el cargo de Alcalde le queda chico, y que su “principal asesor” le ha dicho que, en honor a su nombre “es su preferido”, ha dispuesto, cual
emperador medioeval, que el gerente de EPSEL, Néstor Salinas, tiene hasta las fiestas patrias para reestructura
la empresa. “Creo que Salinas hace un
buen trabajo, pero le exijo resultados, lo que significa que haya cambios de
funcionarios. No se puede dilatar el tiempo”. O sea, Salinas trabaja bien,
pero los funcionarios no sirven, o sea rotarlos es la solución, o sea no
importa, cuando tengan otros puestos, ya van a trabajar mejor. Alcalde, ¿no será acaso Néstor Salinas, el
principal problema de EPSEL? ¿Qué le ha dicho su hombre en la empresa? Sí, aquél que llevó a la ex consejera Maritza Mocarro a trabajar como
activista social. Para Cabrera, lo dicho por el alcalde son “expresiones hitlerianas que rechazo
enérgicamente”
Ya son varios los que me han dicho que Cornejo se
parece mucho a Castillo. Autoritarios,
déspotas. Insensibles a opiniones en contrario de las suyas. Se sienten iluminados, predestinados, convencidos de ser
los dueños de la verdad, de tener la solución para todo. Pero, mientras el ex alcalde puede mostrar algunas obras, producto
de sus tres gestiones, el actual todavía no culmina ninguna. Y, entonces,
prefiere, como cualquier niño en su fiesta infantil, pegarle para ver que sale
a UNA
PIÑATA LLAMADA EPSEL.
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