Era el año 1989 y se habían convocado las
elecciones municipales. El FREDEMO, movimiento liderado por Mario Vargas Llosa,
decidió participar en las mismas. El hoy fallecido, Gustavo Del Solar, era una
especie de Coordinador Departamental, y buscó a Lucio Asalde para que fuera el
candidato a la Alcaldía de la MPCh. En Acción Popular, que junto con el PPC
formaban parte del FREDEMO, ya habían aceptado esa candidatura, cuando una
noche irrumpió violentamente en el recordado
local de Sáenz Peña, Arturo Castillo Chirinos Chirinos. Gritó y dicen
que sacó, como Pedro Navaja, un pistolón y lo puso sobre la mesa.
Cuentan que, Asalde vio eso y salió
corriendo. Los que se quedaron, le pidieron calma y decidieron apoyar. Hablaron
con Del Solar y éste aceptó. Castillo Chirinos sería el candidato. Yo era, por
entonces, el corresponsal de Panamericana Televisión y, felizmente, era muy
bien considerado en Lima. Un día, me llamaron y me dijeron que querían que
hiciera un programa piloto de “Pulso”, que en Lima conducía con mucho éxito
Alfonso Tealdo. Me indicaron que el invitado tendría que ser Julio Fernández de la Oliva,
que era Alcalde en funciones. Cuando le hice la invitación, no aceptó. Entonces,
les propuse a Castillo Chirinos, que por entonces, me tenía en muy buen concepto.
Por supuesto, aceptó de inmediato. Grabamos
el programa y lo envié a Lima, donde lo aprobaron y salió el siguiente lunes.
Desde allí, cada vez que Castillo Chirinos quería hacer declaraciones, me
llamaba y yo lo conectaba con Rossana Canedo o Jorge Beleván, para que saliera
en Buenos Días Perú, o mandaba vídeos para que, en los otros noticieros de
Panamericana, fueran difundidos. Hubo siempre un trato cordial, tanto así que,
cuando ganó las elecciones me pidió que lo entreviste en su casa, y yo lo hice.
Por supuesto, la nota salió a nivel nacional. Ah! y nunca le cobré un solo
céntimo.
Ya como Alcalde, le duró poco el
reconocimiento a las personas que, de alguna manera, habían ayudado a su
victoria. Pero, el poder es así. Y, más cuando se quieren convertir en ídolos,
teniendo los pies de barro. Castillo Chirinos, hay que reconocer, hizo un buen
trabajo en su primera gestión, aunque no estuvo exenta de la prepotencia y
matonería con la que se haría famoso.
Volvió a ser electo, y antes que terminara,
lo llevaron a la fuerza al Congreso, a donde había postulado. Es verdad que, con su apoyo, Miguel Ángel
Bartra ganó las elecciones en dos semanas de campaña, y se convirtió en Alcalde
Chiclayo. Bartra me pidió que fuera Director de EPSEL, cargo que acepté. Me di
cuenta, entonces, que Castillo Chirinos quería manejar la administración.
Bartra lo respetaba, pero entendía que él era el alcalde. Parece que, cuando
empezó a tomar su propio vuelo, Castillo Chirinos lo marginó a Bartra y a todos
los que estaban apoyándolo.
Quizás, desde allí, su animadversión hacia mí.
Cuando regresó a la Alcaldía, me hizo cuatro denuncias penales. Sin base, sin
sustento. Y con la cobardía propia del
matón, nunca las firmó. Contrató a serviles que estaban dispuestos a hacerlas.
Las gané todas. Una, duró más de una década, por los cambios de los
procuradores que, eran los que apelaban “porque esas son las órdenes que
tenemos”, decían. Jamás, un funcionario del Poder Judicial ni de la Fiscalía me
pidió una prebenda, y por eso, camino las calles de la ciudad con la frente en
alto y sin problemas de conciencia.
Es verdad, Miguel Ángel es mi amigo, y al
igual que lo que pasó con José Barrueto, a quien estimo y aprecio, nunca fuimos
desleales. Miguel Ángel cometió una
serie de errores que obligó al Concejo, en donde estaba un incondicional de Castillo
Chirinos, Francisco Cabrera, a vacarlo. El JNE confirmó la vacancia, pero
Bartra sabe que, de mi parte nunca hubo deslealtad, por eso es que, jamás dejamos
de hablarnos y ahora seguimos siendo amigos.
Castillo Chirinos acaba de decir en Facebook,
sin mencionarme, pero comentando un artículo que titulé “DESDE QUE ME
SACARON…DESDE ALLÍ SE JODIÓ CHICLAYO”, que falsifiqué decenas de facturas, que
realicé pagos ilícitos a un hotel, que pagué a medios periodísticos. Y, dice en
esa incomprensible manera de escribir, en donde confunde los tiempos (debe
haber sido un pésimo alumno de Lenguaje): “DELITOS QUE YO DENUNCIÉ Y DE LOS
QUE ESTÁ SIENDO ABSUELTO SABE DIOS
CÓMO”. Aclaro: de todos fui absuelto. Ése es el presente.
Me ha llamado pesetero, granuja, trepador y
me ha augurado que la justicia divina me tiene reservado un lugar en el
“estercolero de la historia”. Bueno, eso suena como una maldición y viniendo de
una persona que cree en brujos y otros instrumentos dañinos, qué hacer. Qué puedo decir. A mí me ensañaron desde niño,
que la persona que no tiene argumentos para rebatir algo, acude al insulto, a
la diatriba para defenderse. Cuando una persona es inculta, con infancia
ausente de valores o afectos, suele ser de adulto un resentido social incurable,
una persona llena de odio y maldad. Un obtuso mental consuetudinario es el que
no sabe dialogar, sino que atropella, violenta, maltrata, insulta, y lo que es
peor, miente para ocultar su propia mediocridad.
Así que por ahora solo me queda decirle “SERENO
MORENO”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario