domingo, 19 de octubre de 2014

EL JEFE Y ALGUNOS DE SUS PALOMILLAS DE VENTANA

Hasta hace algunos años, cuando alguien quería referirse a una persona atrevida, habilidosa, se usaba la palabra  CACHACIENTO, que en una de sus acepciones reconocidas en la  Real Academia de la  Lengua, significa “que hace cachita”. El ex alcalde Roberto Torres Gonzales (RTG), era sin duda un cachaciento de nota. Cuántas veces su ironía ofensiva, llamó la atención a los chiclayanos. Y como no le pasaba nada, él pensó seguramente, que podía usarla cuando le diera la gana.

Derrumbado anímicamente por la contundente acción de la justicia, “el Jefe” pasa sus primeras horas en el penal, durmiendo sobre cartones  y extrañando con seguridad las comodidades lujosas, a las que se había acostumbrado junto con su amante, usando el dinero de todos  los chiclayanos. Hoy, es un preso más en Picsi. Dicen que recién mañana lunes, la Junta Calificadora del penal va a determinar a qué pabellón o ambiente envían a RTG. Sin embargo, una noticia aparecida en un medio local que señala que RTG  teme por su vida, podría determinar que lo envíen a una celda personal, para asegurar su integridad física.

La soledad y la falta de comunicación pueden derrumbar a  cualquier ser humano. ¿Podrá una persona como Torres, acostumbrado al ruido escénico, convertirse en una especie de ermitaño preso? César Nakasaki Servigón (CNS), abogado de gran capacidad y calidad profesional, ha dado un avance de su estrategia de defensa. “Ha firmado un acta reconociendo su culpabilidad”, ha dicho mi vapuleado amigo. De inmediato,  el Doctor en Derecho Tito Esteves Torres, ha aclarado el asunto señalando que “esa acta no tiene ninguna validez legal, es simplemente un documento entre  abogado y patrocinado”.

Y así como hay cachacientos, hay los que se creen “lo máximo”, que tiene mucha calle, que nadie les puede enseñar nada y resultan ser solo “palomillas de ventana”. Hoy, me voy a referir  a dos de ellos, Jorge Vértiz  Cellerini y Carlos Mendoza Oliden. Vértiz, un reconocido empresario constructor, fue presidente de la CAPECO local, de AHORA, la entidad que agrupa a hoteleros y afines y hoy es representante regional de la  Cámara nacional de Turismo. Es dueño de la empresa Constructora Olfra.

 El 10 de setiembre del 2010, se emitió la Resolución de Licencia de Edificación No. 0712, firmada por el Arq. Jorge Incháustegui, a la sazón  Gerente de Urbanismo y en donde, con claridad, se señala que el edificio a construir en la esquina de la calle Los Sauces y la Av. A.A. Cáceres (ex Libertad) deberá constar de 5 niveles (pisos) más  azotea. Hoy, según el regidor Manuel Cabrejos Tarrillo, tiene 9 niveles contraviniendo los parámetros que rigen las  construcciones verticales en el país.

Con una supina ingenuidad, Vértiz le declaró al semanario “Hildebrandt  en sus Trece” lo siguiente: “cuando pedí mi certificado de parámetros me dieron cuatro pisos. No podía ser. Necesitaba más pisos para recuperar mi inversión. Entonces le di  a Beto Torres  30 mil soles para que me ayudara. Hoy, la obra está al 90%”. Después de estas declaraciones, como diría el periodista Daniel Peredo: “un consejo de pata, Vértiz: búscate un buen abogado…. La corrupción tiene dos integrantes: el corrupto y el corruptor. Tú has proclamado a los cuatro vientos que eres el segundo”.

A Mendoza Oliden, la fiscalía lo ha dejado libre, antes que a  los demás denunciados los enviaran al penal. Muchos se han preguntado PORQUÉ.  O ¿hubo de su parte, confesión sincera o se ha convertido en colaborador eficaz? ¿Acaso Torres cayó por alguno de sus datos?… Como diría Rosendo Maqui: “¿Quién sabe señor?”. Lo cierto es que Mendoza deberá responder en su momento, cómo es que presidiendo en 33 veces las comisiones de licitaciones de obras,  nunca vio nada raro. Fueron más de 40 millones de soles que se dispusieron en las comisiones Mendoza. No supo nunca del famoso diezmo. Los corruptos necesitan siempre intermediarios.

¿Acaso  los departamentos  de CLASEM  puedan explicar algunos favores?  Hildebrandt ha descubierto tres de ellos, uno de los cuales sería de Mendoza Oliden. Le pidieron aclaración y en lugar de darla, se fue, “nos dejó plantados”, dijeron los periodistas del semanario. Es por ello el titular de este artículo: “EL JEFE Y ALGUNOS DE SUS PALOMILLAS DE VENTANA”

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