Había deseado hacer esta
entrevista al día siguiente en que se destapó el escándalo de los “limpios de la corrupción”. Algunos
amigos especialistas no aceptaban mi invitación, aduciendo diferentes motivos,
pienso, sin embargo, que el principal era el temor a las consecuencias por lo
que dijeran. Hasta que ubiqué a un amigo que me dijo: “yo voy”. Así que, el viernes logré entrevistar en ASÍ SOMOS, mi programa en Canal 21Tv,
al psicólogo clínico Wilson Cabrejos Torres (WCT), un
profesional egresado de las Universidades San Martin de Porres y Cayetano
Heredia, que se retiró de la Policía con el grado de teniente y que luego se
dedicara a ser expositor y orientador de las personas que requerían su
asistencia profesional.
El interés mío se basaba en
conocer el porqué del comportamiento de los involucrados. ¿Imperaba en ellos solo el incremento de sus patrimonios? Como
veían al “titular del pliego” hacer una
y otra irregularidad - ilicitud, ¿siguieron
por inercia el ejemplo que se les daba? ¿Por qué una persona como Roberto
Torres Gonzáles (RTG), integrante de una familia con mucha solvencia económica,
recurrió a hechos condenables para obtener tanto dinero? El común denominador de nosotros no se lo
puede explicar, por eso recurrí a WCT
para que, haciendo un poco de docencia, nos ayudara a entender las causas que
llevaron a todo este grupo de personas a someterse a la acción de la justicia,
previo desprestigio de sus nombres, familias y con la posibilidad de pasar
muchos años en prisión.
Había preparado la entrevista
para hablar sobre los psicópatas. Hace unas semanas atrás escribí un artículo
que llamé “¿Tenemos psicópatas en la
política?”. Es verdad que muchas de
las características que tienen las personas que padecen esta enfermedad mental,
se dan en algunos políticos nacionales y también en locales. En mi mente y en
la opinión de muchos de mis lectores, la imagen de Torres Gonzáles salió a
flote de inmediato. Y en base a ese prejuicio, hice la primera pregunta, “¿Es RTG un psicópata?”. La respuesta
de WCT me descuadró un poco: “No. Torres es un SOCIÓPATA”. La
contundencia de la respuesta, se habrá reflejada en mi rostro. Cabrejos, hizo
entonces unas aclaraciones sobre estas dos enfermedades.
Según WCT, ambas enfermedades suelen confundirse, aunque en algunos casos
van de la mano. Algunos expertos señalan que “no existe una causa única para la presencia de la sociopatia en una
persona”. Los factores van desde lo genético, pasando por algún golpe en
ciertas zonas del cerebro, que controlan los sentimientos, los impulsos y las
decisiones, hasta el uso de drogas que pueden dañar seriamente el cerebro
humano.
Dicen que a los psicópatas y
sociópatas es muy difícil descubrirlos, debido a la extraordinaria capacidad
que tienen para mentir descaradamente. “Son
mentirosos patológicos” dice WCT.
Se ha señalado también como otra característica de los sicópatas, la
incapacidad de sentir culpa o vergüenza de sus acciones. No reparan en las
consecuencias emocionales, físicas y financieras de las personas. Más bien la
compasión suelen usarla como herramienta, para manipular a los demás, pero en
realidad no siente compasión por nadie.
Le pregunté entonces a WCT cómo
era posible que ese grupo de jóvenes
profesionales, alguno de los cuáles sentía que era mucho más capaz que RTG, le habían seguido, apoyado, o compartido en
sus actividades ilícitas. “Los seres
humanos tenemos en forma primitiva dentro de nosotros, estereotipos o
paradigmas que cierran la mente humana y que nos llevan a la obediencia”. Y añade: “LA OBEDIENCIA QUITA LA POSIBILIDAD DE ANÁLISIS FRENTE A UNA SITUACIÓN
DETERMINADA”. Y, claro si nos ponemos a analizar lo expresado por el
psicólogo Cabrejos Torres, coincidiremos, en que tiene razón.
Las críticas que se le hacían a
la gestión de Torres, las denuncias que se presentaron ante el Ministerio
Público y que, luego, por las gestiones de alguno de esos jóvenes, eran archivadas, declaradas inadmisibles, o
guardadas en algún escritorio, fueron las acciones que caracterizaron a esa
gestión. ¿Por qué lo hicieron estos “jóvenes pretorianos”? WCT
me responde de inmediato con otra pregunta: “¿por qué los generales de las fuerzas armadas de Alemania siguieron e
hicieron caso a Hitler?” y añadió: “los
altos niveles de poder hacen que quien los ostenta, logren estrechar la mente
de los demás, impidiéndoles razonar”.
Y, recuerdo entonces a Martin
Villanueva, César Regalado y tantos otros, que estuvieron al lado de RTG y, le
pregunto qué los llevó a hacer lo que hicieron. “Todos estaban predispuestos a hacer algo malo. En ellos se privilegió,
la cultura del ego”. Y, entonces desarrolló una teoría que se refleja en la
vida diaria de muchas personas: “¿Cuándo
el ego se encuentra feliz?, cuando tiene dinero en abundancia, cuando tiene
poder decisorio, cuando se obtiene a la, o las mujeres que deseen y entonces
llega la perdición”. Es fácil imaginar entonces, un alcalde mucho mayor que
sus jóvenes acompañantes, al que seguramente nadie le dijo: “haz que te vea un psicólogo” y
prefirió las limpias de un brujo, para que lo ayude a seguir haciendo lo que
hacía, depredando a Chiclayo.
Ahora bien, los que han estudiado
el comportamiento de los sociópatas, aseguran que las personas que tienen este
mal, no son conscientes que padecen una
enfermedad mental. Entonces, dicen: “la
única manera de tratarlo, es bajo la influencia de los que forman su círculo
más cercano. Ahora vemos que ninguno de esos integrantes estaba en el camino de
ayudar a Torres a paliar su enfermedad. Ahora, y lo dicen los expertos, cuando
ya es criminal, es la justicia la que debe curarlo. Hay que tener en cuenta
que es una enfermedad crónica y que lo que muchas veces, lo único que se puede
hacer para evitar que le haga daño a la sociedad, es encerrarlos en una
institución para enfermos mentales, mantenerlos dopados, o en una cárcel,
dependiendo el crimen que cometan.
Hay sin duda sociópatas famosos.
Mencionaré algunos casos. Charles Manson,
era el líder de una agrupación criminal llamada “La Familia”. El 9 de agosto de
1969, Manson y cuatro de sus seguidores, mataron a cinco personas, entre ellas a la actriz Sharon Tate, esposa del famoso director de cine Román Polanski. A Tate, le dieron 16 puñaladas, 5 de ellas
mortales y 11 a manera de tortura. Luego la colgaron de una viga del techo y la
dejaron morir desangrándose. Hoy, Manson tiene 80 años, en el 2012 le
rechazaron un pedido de libertad condicional. Está condenado a cadena perpetua.
Le han programado una nueva audiencia en
el año 2027. Sin duda, morirá en prisión.
Josef Mengele “El Ángel de la Muerte”, fue un famoso médico formado
en la Alemania Nazi. En 1935 obtuvo un doctorado en Antropología y luego
comenzó a estudiar medicina y filosofía en la Universidad de Múnich. En 1931,
se unió a los Cascos de Acero, una organización paramilitar que fue luego
absorbida por las milicias nazis. En 1937 comenzó a investigar en los factores
genéticos de los hermanos gemelos. También en lo que se refería a la presencia del labio leporino, barbilla partida,
heterocromía (ojos de distinto color), enanos y sujetos con anomalías físicas.
Mengele, un sociópata convicto,
fue responsable de un número no determinado de víctimas, en el Campo de
Concentración de Auschwitz, sobre todo judíos y gitanos, con los cuales realizó
diversos experimentos. Los presos que utilizaba Mengele, estaban mejor
alimentados y alojados con el resto de internos del campo y tuvieron en su
momento, menores posibilidades de acabar
en la cámara de gas.
Creó una guardería con zona de
juegos para los niños menores de 6 años de la etnia gitana, que le llamaban “Tío Mengele”. Le gustaba regalarles
caramelos, antes de llevarlos a sus laboratorios, para someterlos a sus
criminales experimentos. Murió ahogado en una playa de Brasil, país a donde
llegó a mediados de la década de los 50, luego de huir de Alemania y de
refugiarse en Argentina y Paraguay.
Robert Thompson y Jon Venables, dos niños ingleses que a sus cortos
diez años, secuestraron a un pequeño de tan solo 2 años y tras torturarlo
durante dos horas, lo asesinaron de forma cruel. Era el 12 de febrero de 1993 y James Bulger había ido con su madre a
hacer compras en un centro comercial. En un momento, James se alejó y los
asesinos se lo llevaron. Luego de
caminar a lo largo de cuatro kilómetros, le echaron pintura en uno de sus ojos,
comenzaron a patearlo, lo golpearon con ladrillos y piedras, le introdujeron
pilas en su boca y finalmente lo golpearon con
una barra metálica de 10 kilos, que le provocó 10 fracturas craneales.