Hasta principios
de los años 80, Chiclayo era conocida como la “Ciudad de los Fenicios”. Como sabemos, las principales actividades
de nuestra ciudad se basaban en la
agricultura y en el comercio. Nos decían también la “Aduana del Norte”, y la
letra de nuestro himno recoge también un poco el concepto que se tenía sobre
Chiclayo “Piloto del Norte”. Cuántas
veces escuchamos las burlas de los trujillanos que se reían de nuestra poca
cultura y nos refregaban cada vez que podían: “¿Tienen orquesta sinfónica?” No. “¿Tienen coro polifónico?” No. Y,
encima, socarronamente, nos decían: “¿y su teatro dónde está?
Claro, el “2 de Mayo” no era visible para el peatón que pasaba
delante de su fachada. A algún fenicio se le ocurrió ponerle tiendas y
construir un edifico a los costados. “Para
recaudar fondos” dijeron alguna vez, aquellos que tuvieron la visión de encajonar
al teatro. Sus nombres no están registrados
en la memoria colectiva de los chiclayanos, que hoy padecen el no tener
un local donde se puedan desarrollar diversas actividades culturales.
Causó más de una
sorpresa la designación que hizo el alcalde electo David Cornejo, a Lucio Asalde en el cargo de jefe de la CEPRI del Terminal Terrestre.
Asalde, había perdido en las elecciones
de octubre pasado y no pudo colocar ni un regidor en el Concejo Municipal. Convicto hincha de Castillo Chirinos, a
quien públicamente lo ha reconocido como el mejor alcalde de Chiclayo, el exdecano del Colegio de Ingenieros-CRL, fue
a saludar en su casa al triunfador de los comicios. Y con su voz pausada y casi doliente, logró impresionar y convencer a
“el Chinguel” que podría tener en él un aliado para lograr lo que quisiera una
vez que asumiera el mando.
No se
pueden asegurar los temas que trataron,
pero no hay duda que lo del Terrapuerto sí se tocó, puesto que, en la efectista presentación de equipo de gerentes de los “nuevos tiempos” mencionó a Asalde como
el responsable de la CEPRI, que se encargaría de llevar a cabo el proceso
licitario, que tendría que ver con dicho
proyecto. El candidato que,
representando al PPC, perdió las elecciones, con cara de circunstancias,
recibió el aplauso de los presentes, y seguramente pensó,: “ya está, perdí, pero gané”.
Asalde, un verdadero “encantador de serpientes”, fue, en los años ochenta, un líder con mucho futuro político. De
origen humilde, logró obtener la Medalla de Oro en su promoción del Colegio San
José. Estudió en la Universidad Pedro Ruiz Gallo y se hizo Ingeniero
Civil. Como todo joven inteligente y
emprendedor que aspira a obtener grandes objetivos, se dio cuenta que
solo no podía. Buscó y logró el apoyo de
un poderoso empresario italiano, Antonio Rinaldi, que lo ayudó a llevar
adelante sus proyectos, entre ellos, la hasta hoy inconclusa obra del ex Banco
Wiesse, que según los que conocen el asunto, fue el punto de quiebre entre
Rinaldi y Asalde.
En los años 90,
durante la dictadura fujimontesinista, Asalde fue electo decano del Colegio
de Ingenieros-CRL, institución que
lideraba la lucha que los lambayecanos sosteníamos por el Proyecto Olmos.
Recuerdo una reunión habida en el local de los ingenieros, donde se estaba organizando
una marcha de protesta por la indiferencia con la que el gobierno de Fujimori
trataba dicha obra. En un momento, hice uso de la palabra y dije: “la marcha tiene que ser contundente, que
se escuche en Lima, que sepan que estamos dispuestos…” Lucio no me dejó
terminar y dijo: “No. Tiene que ser
pacífica, nada de escándalos”. Su opinión triunfó y tuvimos que esperar
hasta la década siguiente, en que, Alberto Ortiz Prieto organizó una protesta
activa, para que Olmos empezara a ser realidad.
Semanas después
del incidente con Asalde, llegó de visita el japonés Daniel Hokama, que era el Ministro de la Presidencia del
régimen fujimontesinista. Hubo una sesión en el municipio chiclayano, donde se
le pidió por Olmos. El Ministro que tenía los ojos tan cerrados, que parecía
estar dormido, ni se inmutó por el pedido,
pero días después se supo que uno de los reclamones había presentado su hoja de
vida, para que lo consideraran como director del Proyecto. Ustedes dirán
que cómo se esto. Pues, me lo contó alguien, que lamentablemente ya no está
entre nosotros y a quien le enseñaron la documentación presentada por el
interesado.
La verdad que yo no quiero ni imaginarme qué hubiese
pasado con Chiclayo, si las elecciones las hubiera ganado Asalde. Quién sabe, hubiésemos tenido que pagar para entrar al Palacio
Municipal, como si se tratara de un Museo. Una cantidad para los locales, otra
para los nacionales y otra para los extranjeros. Quién sabe, hubiésemos tenido
que pagar peajes en las grandes avenidas. El argumento hubiera sido que hay que
mantenerlas. Si así nomás, habiendo
perdido, se ha convertido en el adalid de la inversión privada, en el área
municipal, que va desde EPSEL hasta la semaforización, pasando por el Terrapuerto,
los mercados y quién sabe mañana, los cementerios.
En una demostración que tiene a Cornejo de la nariz,
Asalde lo convenció que emitiera el Memorando
No.002-2015-MPCh/A de fecha 5 de Enero del 2015, sobre los integrantes del
CEPRI Chiclayo, el que fue respaldado con la Resolución de Alcaldía No.
107-2015-MPCh/A, del 20 de Enero del 2015, con la que se oficializaba la designación
de Lucio Asalde como presidente del CEPRI y de Luis Vigil y Helver de los Ángeles
(su verdadero nombre) García Ramírez, como vocales, a partir del 2 de Enero del
2015.
Es decir, Cornejo, emite un memorando con el No.02,
cuando seguramente no se había realizado la primera sesión de Concejo, o
estaban tratando de regularizar lo irregularizable. Luego pasan 15 días para
que retome el caso y cuando el 20 de Enero 2015 firma la Resolución No.107,
señalan que Asalde y su gente empezaban a trabajar desde el 2 de Enero 2015,
cuando todos estaban pendientes de la “protocolar juramentación” y no había
nadie en las oficinas. ¡Qué raro, no! ¡Qué tal rapidez!
El asunto más
resaltante es que no se consigna cuáles van a ser los emolumentos que recibirá
ese trío de vendedores. ¿Será una mensualidad fija o serán bonos de éxitos, los
que engrosen sus bolsillos? Si fuera
esto último, desde ya deberíamos decir a una sola voz: PROVECHO. Dicen que
generalmente los bonos, se trabajan en
base a porcentajes que, por supuesto, son variables. Digamos que sean como los
que acostumbran cobrar los corredores de inmuebles, es decir 3%. Asalde viene
diciendo por donde va, que Graña y Montero quiere invertir 300 millones de
dólares en EPSEL. Convertido en verdadero promotor de la
inversión privada, de tener éxito, podríamos estar hablando de un bono de NUEVE
MILLONES DE DÓLARES.
Quién sabe por
eso, Cornejo no ha señalado monto a pagar. Quién sabe, Cornejo no tiene ni idea
de lo que está tramando Asalde y sus socios. La ingenuidad del Alcalde y el poco conocimiento que ha demostrado
tener sobre profesionales que realmente tengan valía, hace pensar que la
verborrea impresionante de Asalde, haya vencido a la de “el Chinguel”. O,
que se haya mimetizado el uno del otro. Sea
como fuere, ha llegado el momento de que el alcalde Cornejo nos haga saber
oficialmente, cuánto va a ganar el terceto vendedor y si es que el Concejo
ha aprobado dicho pago.
Ojalá lo haga
con la misma rapidez con la que firmó el memorando No.002-2015, “madre” de la
Resolución que consagra la CEPRI Municipal de Chiclayo y da píe a para poder
decir que allí está de presidente: “ASALDE….EL FENICIO”.
2 comentarios:
A Chiclayo también se le conoce como "Tierra de Nadie".
¿cuanto interes tiene su blog? 2 comentarios con el mio.
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