Crece cada día la impresión que
Chiclayo cuenta con dos alcaldes. David
Cornejo Chinguel y Lucio Asalde Vives, quien participó en las últimas elecciones
municipales como invitado del PPC. Todos sabemos lo que pasó. Perdió largamente
y no logró colocar ni siquiera un regidor en el flamante Concejo Municipal. Pero, al igual como lo hiciera con Rafael Aita, a quien logró convencer que
más chance tenía como candidato al GRL que a la MPCh, no pasó mucho tiempo para
que lograra impresionar al ganador Cornejo Chinguel. Asalde, quien alguna vez le dijera a Aita “yo no voy a gastar plata en mi campaña
porque voy a convencer a mis amigos periodistas para que me apoyen”, ha
mostrado desde siempre mucha habilidad para convencer a propios y extraños, en
base a su sonrisa de niño bueno y a su verborrea imparable cuando de vender
algo se trata.
Asalde ha sabido vender su imagen. Se la vendió a Aita, que con toda la
viveza, experiencia y habilidad que tiene, cayó como un corderito y perdió
tiempo, plata y futuro político. Y se la
vendió a Cornejo, que poco sabía de los problemas municipales y que a pesar de
ser también un amante de la oratoria desmedida y repetitiva, quedó deslumbrado
por las ideas renovadoras y contactos extranjeros que dijo tener el hoy jefe de la CEPRI Municipal, ente dispuesto
a vender el agua que tomamos y que si dejamos que vayan por ese camino, hasta
el aire que respiramos.
Y mientras Cornejo, el verdadero
Alcalde, tiene que enfrentar diariamente los miles de problemas municipales,
enfrentar a la prensa seria que lo cuestiona, decepcionarse con las personas
que convoca por su propia iniciativa o por sugerencias de sus allegados, Asalde el otro alcalde, se pasea por medios
de comunicación, anunciando acciones que no estuvieron nunca en los Planes de
Gobierno de APP, pero que asegura
convertirán a Chiclayo en una ciudad acorde con la modernidad.
A Asalde lo llamaron por el
Terrapuerto. Han pasado cinco meses y
nada. Pero el pasado 20 de enero,
Cornejo firmó la Resolución 107, donde le abría las puertas para que pueda vender todo lo que quisiera. Entonces, en vez de ponerse del lado del
mostrador que defendiera los intereses del municipio, se pasó al otro lado. Y empezó a hablarnos de los mil millones de
soles que una empresa estaba dispuesta a
invertir en EPSEL. Cornejo abrió los ojos sorprendido e impresionado. Y Asalde,
convertido en el portaestandarte de los empresarios, dijo orgullosamente que
Graña y Montero quería ayudar a solucionar los problemas de saneamiento de
nuestra Región.
Y salieron los dirigentes
satélites, que subyugados por las ideas
de Asalde, comenzaron a proyectarse buscando de alguna forma lograr
protagonismo que cubriera sus expectativas. Ciro Salazar, el Decano del CIP-CRL, fue el primero. Su cáustica
posición frente a EPSEL, era por todos conocida. Defensor de la inversión privada, respaldó las ideas de su colega sin
que se le moviera un pelo, cuando de criticar a los ingenieros que trabajan en
EPSEL se trataba. En el colmo de la desfachatez, quiere hoy ser Director de la
Empresa para poder lograr sus objetivos.
El segundo, fue el Decano del
Colegio de Arquitectos, que no tuvo reparos de aceptar formar parte de la CEPRI
al lado de Asalde, ilusionado seguramente por los bonos al éxito que, imagino,
obtendrán por sus ventas. Helver de los
Ángeles García Ramírez, así se llama el decano, acaba de declarar en La
Industria que “700 trabajadores no pueden ir en contra de la inversión. No
pueden ir en contra de Chiclayo”. Y, siguiendo el ejemplo del maestro y
guía, ha profetizado “queremos que se
aprovechen los recursos antes que se vayan para otra parte del país”. Como si
no se supiera que la misma propuesta ha hecho Graña y Montero en Trujillo.
Con mucha sutileza, estos
fenicios modernos han dicho que Graña y Montero no viene sola. Que una empresa
española viene asociada con ellos. Entonces tenemos que recordar a la
española Antalsis, que vino a colocar la
primera piedra al estadio Elías Aguirre y a la que seguramente los huaqueros de
fin de siglo la buscaran como trofeo a la ingenuidad y a la malicia malvada de
empresarios estafadores.
AQUALOGY es el nombre de la empresa española, nacionalizada chilena,
que de acuerdo a su misión en el mundo, se dedica al suministro de agua en zonas
de escasez y también donde hay agua. Una trasnacional que opera entre otros
países en Estados Unidos, México, Brasil, Chile y en el África. En el 2012 AGBAR y AGBAR CONOSUR, dos empresas
españolas asentadas en Chile, crearon AQUALOGY
MEDIO AMBIENTE CHILE, empresa que, un año más tarde, puso en marcha el
proyecto AGUAS ATACAMA, con la
finalidad de dotar de agua potable e industrial a la región, a través de una
planta desalinizadora. Como crece el ichu en nuestra serranía, los españoles
crearon la marca AQUATACAMA con la
finalidad de prestar “servicios de tratamientos de materiales de
desechos y de alquiler de equipos”. Los españoles-chilenos iban creciendo.
Pero como quiera que el anclaje
en España es muy importante, por si
hubiera problemas con sus inversiones e intereses en esta parte del mundo, en Barcelona tienen
operando a AQUAOLGY AQUA AMBIENTE
SERVICIOS INTEGRALES y AQUALOGY DEVELEOMENT NETWOK, que en mayo del 2013
inscribió en Chile KNOWLEDGE SUITE,
empresa dedicada a la gestión de bases de datos. Y en agosto del 2014 inscribió
también en Chile, por supuesto, la marca AQUASFERA,
que ofrece “software de computadora para tratamiento de la información.
La sede de AQUALOGY se ubica en Chile en un edificio en La Concepción No.141
Providencia. Desde allí y a través de sus diferentes marcas, presta
distinto servicios a AGUAS ANDINAS.
Quienes han investigados los negocios de estos españoles-chilenos, aseguran que
desde hace unos tres años, AQUALOGY
SOLUTIONSCHILE le factura al
gobierno chileno entre 2 mil a 4 mil millones de pesos por concepto de
“materiales”, mientras que AQUALOGY
MEDIOAMBIENTE CHILE suele facturar a AGUAS ANDINAS más o menos 600 millones
de pesos por la limpieza de agua potable, en Santiago.
Una entidad investigadora en
Chile, CIPER, recogió testimonios de
trabajadores de Aguas Andinas, señalando que era una práctica habitual que
desarrollaran propuestas de negocios para AQUALOGY, siendo sus sueldos pagados
por el estado chileno, o mejor dicho, los consumidores del agua potable.
El 25 de enero del 2013 el
Ministerio de Obras Públicas de Chile publicó un aviso de licitación para
implementar un “sistema de telecontrol y
alerta hidrológica”. Cinco empresas compraron las bases. Solo una
presentó propuesta técnica y económica: AQUALOGY MEDIO AMBIENTE CHILE.
El monto inicial de la licitación fue de 567 millones de pesos (precio máximo
sin reajuste), sin embargo, el monto del contrato terminó en 737 millones de
pesos. Cualquier parecido con nuestra realidad es pura coincidencia.
¿Serán a estos españoles-chilenos
los que quieren presentarnos como los salvadores del saneamiento de Chiclayo? ¿Se habrán preocupado los fenicios, miembros
de la CEPRI Municipal, de averiguar antecedentes? Cuidado Alcalde, usted tiene solo hasta el
2018 para conducir los destinos de nuestra ciudad. No asuma, por presiones de
orden interno o externo, una decisión que pueda traernos situaciones
mortificantes. Que ni el Ministro de
Vivienda o su Viceministro lo quieran forzar a una decisión en la que hay otros
intereses, quién sabe más poderosos que nuestras expectativas de contar con un
buen servicio de saneamiento.
Recuerde Alcalde que las guerras en este milenio no serán por
territorios. Serán por agua. Y los mercantilistas saben que en Lambayeque
tenemos: Tinajones, Olmos y más de 15 proyectos de represas y reservorios. Ojo
con este detalle y no repitamos, como dijo Guillermo
Thorndike, lo que muchos peruanos decían durante la Guerra del Pacífico: ¡MAMITA VIENEN LOS CHICLENOS!
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