domingo, 25 de mayo de 2014
SE CALIENTA LA ARENA
Que en los procesos electorales se rompen amistades, no me cabe ninguna duda. Suele pasar que, quienes entran en competencia por iniciativa propia, pero muchas veces por recomendaciones de sus asesores, no dudan en atacar con implacable fiereza al amigo de ayer, al compadre de siempre, o al vecino circunstancial, con el que comparte muchas expectativas.
En su edición del pasado jueves, el diario La República presentó explosivas declaraciones del Presidente Regional, Humberto Acuña Peralta (HAP) y del Gerente General de Agro Pomalca y candidato de Fuerza Popular a la presidencia del GRL, Antonio Becerril Rodriguez (ABR). Antes de analizar sus respuestas, quiero felicitar el trabajo de las jóvenes periodistas de ese diario: Nataly Manay Torres, Yessica Cubas Barboza, Isella Vega y Mari Carmen Chinchay. Las he venido siguiendo en los últimos tiempos y veo con agrado que cada día, no solo se esmeran más para hacer un eficiente trabajo, sino que también con la experiencia que van acumulando, hacen que la lectura de sus notas sean, no solo interesantes, sino agradables al lector.
Dicho esto, vuelvo al tema. No sé quién empezó, pero sospecho que al decidir HAP recibir en su oficina a una delegación de ex trabajadores azucareros, liderados por un siempre conflictivo personaje de apellido Egúsquiza, originó la molestia de ABR, que consideró como una afrenta la decisión del presidente, sobre todo, teniendo en cuenta los antecedentes conflictivos de Egúsquiza contra el Grupo Oviedo, que en su momento lo despidió de Tumán por su obstinada persistencia en la creación de conflictos sociales, que alteraban la paz laboral que la empresa estaba construyendo.
ABR, viejo conocedor de los vaivenes azucareros en toda su extensión, reaccionó con rapidez y denunció la aparición de una organización denominada “Consejo Regional Azucarero de Lambayeque- CRALAM”. “No representan a nadie. Lo único que saben es crear problemas y HAP ha cometido un gran error al recibirlos, porque se van a sentir avalados por el GRL y empezarán a crear problema”. La respuesta del presidente, fue: “yo no puedo negarme a recibir a una organización que pide hablar conmigo”. ¿Un error calculado o un exceso de generosidad? Lo cierto es que esa decisión prendió la mecha.
Al parecer en una marcha de gente que gritaba “Becerril no”, se distribuyeron unos volantes hechos en material costoso, “que griten no me interesa, pero me preocupa el que puedan derrochar dinero para atacarme. Estoy convencido que no están solos. Detrás está APP” dijo a la prensa ABR. Es que en la tortuosa inicial relación del Grupo Oviedo y Pomalca hubo muertos y heridos, cuyos recuerdos, al parecer, no terminan de cerrar. A algunos no les importa que la situación de Pomalca y Tumán sea hoy muy diferente a las épocas de las cooperativas. Prefieren el caos, las irresponsabilidades, los abusos que se cometían con los trabajadores, al orden, el respeto, los pagos puntuales, las inversiones para mejorar las empresas.
Pero la mención que ABR hizo sobre que APP estaba detrás de todo, causó que HAP se olvidara de su investidura. Por un momento, que le puede pasar la factura más adelante, respondió con todo. Debo entender que fue el candidato el que declaró a La República. Craso error. Su licencia arranca el 6 de Junio, hasta entonces tiene que guardar la compostura y aunque el hígado se le retuerza, evitar echar gasolina al fuego, con que seguramente sus adversarios querrán quemarlo.
“Para nadie es un secreto que las empresas agroindustriales están quebradas y que sus patrimonios, no han crecido, pero sí el de los gerentes y prósperos empresarios” respondió HAP, olvidando por un momento que en su condición de Presidente de la Región, esa opinión debió decirla hace tiempo, para que los que se sientan afectados, puedan también dar sus puntos de vista. Que las azucareras tienen problemas, no es un secreto para nadie. Pero no cabe duda que mirando retrospectivamente la situación de Tumán y Pomalca, ha mejorado sustancialmente. Cobran puntualmente sus sueldos y salarios. Los atienden en Essalud, gozan de vacaciones, les han hecho partícipes de utilidades. Que los trabajadores esperan más, están en todo su derecho. Pero ellos, los trabajadores cooperativistas, se tomaron 37 años para destruir sus empresas, no pueden exigir que en menos de 15, estén en el paraíso.
Quizás por esa declaración, que Pomalca estaba en quiebra y que su gerente general la abandonaba porque no daba para más, es que se originó una agresiva respuesta de ABR, que no se la dio a La República, sino a nosotros, en el programa ASÍ SOMOS. “Tengo muchos años en la industria azucarera, un nombre ganado y un prestigio, no solo nacional sino también, fuera del país. Nunca me he corrido en situaciones difíciles. Siempre he dado la cara y no necesito a nadie para que me defienda”. ABR no puso freno y siguió: “Yo voy a pedir que se investiguen a las empresas que han hecho las obras que el GRL ha realizado. Hasta las últimas consecuencias. Vamos a ver cuántos testaferros han trabajado en esas obras”.
Comenzar una campaña electoral con insinuaciones de ilicitudes, es bastante preocupante. Claro, algunos estarán felices, “empezó el circo” ese que vende, que produce rentabilidad a aquellos irresponsables, que no son solo periodistas, sino que se mueven también en el círculo, a veces íntimos de los candidatos. Hizo bien HAP, en señalar: “Debo recordarles a todos aquellos que se han olvidado, que la paz social en Lambayeque es mi responsabilidad”. Sí, es cierto. Por eso, en estas circunstancias en que aparecen incendiarios vestidos de bomberos, es que hay que saber a quién se le abre la puerta.
HAP, debe entender que en estas elecciones va a ser un poco la piñata de la fiesta. Todos los candidatos van a tratar de tumbarlo y si sus repuestas son hepáticas, serán fatales para él. El grupo que lo rodea deberá ser lo suficientemente firme para asesorarlo, buscando el triunfo. Eso significa que, si están convencidos que deben decirle NO, pues sepan hacerlo con convicción. El poder envanece. El Nene del 2010 no es el HAP del 2014 y entonces, si quiere APP ganar las elecciones, deben considerar a su candidato como un mortal más y no como al hermano menor de Cristo.
ABR va a tener que trabajar arduamente para lograr su objetivo. Devolver golpe por golpe. En política muchas veces es bueno, pero cuando los adversarios tienen el mismo status. Cuando no, es preferible hablar de los temas positivos que se esté ofreciendo a una comunidad. Los rumores que hay que el congresista Aguinaga no mantiene una buena relación con el candidato, que lo presiona para que sea más agresivo con HAP, debe merecer también una atención especial de los responsables de Fuerza Popular.
Becerril no lidera las encuestas por el momento, pero si llegara a hacerlo, las críticas serán durísimas, como lo demuestra el hecho que ha querido inhabilitarlo, porque “no tiene residencia probada de tres años en Chiclayo. Su DNI recién lo cambió hace dos y algunos meses”, señalaron sus críticos, olvidando que el Art. 13 inc. 2 de la Ley 29470, que tiene que ver con las elecciones regionales, dice claramente: “Acreditar residencia efectiva en la circunscripción en que se postula y en la fecha de postulación con un mínimo de 3 años; y estar inscrito en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) con domicilio en la circunscripción para la que se postula”.
Como se sabe, ABR trabaja en Pomalca desde el 2006 y vive, como lo ha señalado él, en “un departamento que me ha alquilado una empresa inmobiliaria en Bolognesi 756. Que no haya cambiado mi DNI con más tiempo de anticipación, no me inhabilita. Les recuerdo que hay un congresista, que al momento de ser elegido, tenía su DNI emitido en Lima y salió electo por Lambayeque”.
Bueno, así están las cosas cuando estamos ya casi a cuatro meses para el momento decisivo y mientras esperamos la aparición del ayer locuaz y hoy un mudo candidato aprista, Manuel Valverde Ancajima, ya podemos decir sin temor a equivocarnos que se CALIENTA LA ARENA.
jueves, 22 de mayo de 2014
CÓMO NO AMARTE CHICLAYO
Hace algunos años, exactamente 14, cuando ocupaba el cargo de alcalde de la provincia, una mañana mientras tomaba desayuno, escuché en Radio Fuego, en el programa que dirigía Willy Serrato, a mi amigo Alfredo Montenegro Bermeo, criticarme acremente por algunas acciones que pasaban en la ciudad y remarcando que el problema era que “el alcalde Noblecilla no es chiclayano”, en una evidente demostración de macartismo provinciano, que me llevó a tomar el teléfono y llamar a la radio para que me permitieran dar mi opinión.
Serrato accedió y yo pude decirle a Alfredito lo siguiente: “me acusas que no soy chiclayano y es verdad. Yo no nací aquí, pero mi madre sí. Mi esposa también. Mis cinco hijos son chiclayanos. Cinco de mis siete nietos también. ¿De donde soy? De Chiclayo”, le dije. “Ésa es una de mis contribuciones a la ciudad y tú Alfredo, ¿con cuánto has contribuido?”. En ese tiempo mi querido amigo, no tenía hijos, hoy ya, y no supo que responderme. Por eso y mirando hacia atrás, me vuelvo a decir a mí mismo, CÓMO NO AMARTE CHICLAYO.
Gran parte de mi adolescencia y juventud la viví en la casa de ms abuelos maternos, ubicada en el Parque Obrero. Yo disfruté jugando futbol (en esos años no se le decía como hoy “fulbito”) en uno de los cuadros de los jardines del parque y por la edad que tenía, me parecía una cancha enorme. Los arcos lo formaban 4 ficus gigantes, que extrañamente estaban cerca uno del otro, en cada extremo de la cancha. Nunca necesitamos poner piedras para delimitar las porterías.
Con los años, pasamos los muchachos del Parque Obrero, a utilizar todo lo largo del mismo, para jugar nuestros partidos. Teníamos un poste en toda la mitad, con el que muchas veces nos chocamos. Y aún hoy recuerdo cuando venía la policía – “tombos” les decíamos- en sus bicicletas para corrernos. No había casi patrulleros, pero estaba prohibido tomar las pistas, o en nuestro caso el parque para jugar pelota.
Mi abuelo, don Teodomiro Merino Vega, era un hombre muy respetado. Fue en los años 60, Concejal de la Municipalidad Provincial de Chiclayo. Él tenía bajo su custodia la llave que controlaba el grifo de agua ubicado en uno de los cuadros del parque. Llegada la época de carnavales, era un ritual que uno de los Merino (en realidad mi hermano Coco o yo) le sustrajéramos la llave, para abrir el grifo e inundar el cuadro. Cómo renegaba mi abuelo, cuando a la mañana siguiente de la travesura, veía que el agua llegaba a la pista y casi a la vereda de la casa. No podía entender que pasaba, porque la llave siempre estaba en el lugar donde él la había dejado.
Yo formé parte de esos muchachos que en el segundo semestre de cada año, esperábamos el cine al aíre libre, que auspiciaba la municipalidad y que tenía a la pared de mi casa como pantalla de cine. Eran los sábados alrededor de las 6 de la tarde que empezaban las “seriales”. Daban tres capítulos por jornada y casi siempre quedamos con el suspenso de si el “joven” iba a poder derrotar a los “pieles rojas”. Cuántos amores nacieron al amparo de esas “seriales”.
La nuestra es una ciudad de mujeres hermosas y hombres guapos, que por aquellos tiempos sabían defender su territorio y no permitían que extraños rondaran sus calles. Cuántas broncas por parejas o colectivas, vi en el parque. Recuerdo una noche cuando Oscar “el negro” Canevaro, se “mechó” con los hermanos Aguilar, que eran cinco. El Negro podía con ellos hasta que la hermana de los Aguilar, con la tranca de la puerta de su casa, le pegó en la cabeza y lo soñó. Minutos después llegaron los muchachos del barrio de Cascarita, que es la cuadra de Leoncio Prado entre 7 de Enero y Sáenz Peña, a defender al amigo caído y los hermanos tuvieron que retirarse rápidamente.
Cuento estos detalles, para evidenciar el desarrollo de mi vida en esta ciudad, a la que fui conociendo caminando sus calles, obedeciendo a mi abuelo, en ir a comprar el pan a las 5 de la mañana a la panadería de don Manuel Arrascue, en la cuadra 12 de Sáenz Peña, para luego venderlos en la bodega de la familia, o a las 4 de la tarde, cuando salían los bizcochos de canela, que eran sencillamente extraordinarios y mi hermano y yo peleábamos para ir a recogerlos, para poder comer parte del “vendaje”, que era como le decía a la bonificación por la cantidad comprada y que resultaba ser la utilidad de la tienda familiar.
Yo soy de aquellos chiclayanos, que vivió la época de las carretas. Sí de ésas, donde se llevaban las pipas que contenían agua potable para las casas. Era de la década de los 50. La luz eléctrica llegaba a partir de las 6 de la tarde. Casi no había refrigeradoras en los hogares y para poder tomar agua helada, se recurría a las piedras para destilarla. Qué sabor. Qué frialdad. Eran los años, en que en casi todos los hogares se comía 4 veces al día. El desayuno, con la leche de vaca infaltable, el almuerzo con sopa, segundo (no se comía mucho pollo) y como remate el concolón, porque lo del almuerzo no se repetía en la noche. Luego a las 4 o 5 de la tarde, el lonche: leche y bizcochos para los chicos y café para los mayores. Y por lo menos en mi casa, a las 7 de la noche, la cena. Y contradiciendo a muchas teorías, los frejoles eran compañeros de esos platos.
Eran los años revestidos de la confianza mutua. Cuántas veces fui testigo de la llegada de compadres de mi abuelo a la hora de almuerzo que era todo un ritual en mi casa del Parque Obrero, que llegaban a saludarlo y que de inmediato recibían la invitación para compartir los alimentos. Esa generosidad de Don Merino, fue una característica que él tuvo y que a muchos de sus descendientes nos sirvió de ejemplar estímulo. Esa confianza que se daba hasta en detalles, que las generaciones actuales, no podrían creer. Casi en todas las casas había el famoso y hoy desaparecido corral. Se criaban los animales domésticos, patos, gallinas, pavos, etc. Yo recuerdo al señor que vendía la alfalfa, que cada mañana dejaba la cuartilla en la puerta de la casa y pasaba a cobrar el sábado. Sin ningún pero, es decir que se reclamase, que no era una cuartilla, o que no dejó la alfalfa un día.
Yo vi la satisfacción de mi abuelo cuando se inauguró el Mercado Modelo. En esos años, los primeros de la década de los 60, el mercado no solo era impresionante por su concepción, que empequeñecía al viejo Central, sino que además por su iluminación, posibilitaba a que las parejas de enamorados pasearan por sus inmediaciones, sin correr ningún riesgo.
Cuando recuerdo esos hechos vividos en mis años mozos, me viene a la mente aquella vieja expresión: “Todo tiempo pasado fue mejor”. Sin embargo me digo: “bueno, la vida continúa y el amor que Chiclayo fue generando en mí, cada vez es mayor”. Y entonces vuelvo a decirme: CÓMO NO AMARTE CHICLAYO, si tú me diste todo lo que un hombre puede desear en la vida. Una madre, que fue también padre para sus tres hijos, al enviudar tan joven. Una esposa, como Noemí, que no solo ha sido durante tantos años, no solo mi esposa, sino mi amiga, mi consejera y una exigente evaluadora de mi actuación laboral. CÓMO NO AMARTE CHICLAYO, si mis cinco hijos nacieron en tu suelo, crecieron y se hicieron adultos, respetándote, amándote, sintiendo el orgullo de poder decir: ”Soy Chiclayano”. Y no menciono a mis nietos, porque ellos están desarrollando su chiclayanidad. Por eso hoy, que veo tus calles destrozadas en muchas partes, que veo a mis convecinos renegando por la falta de agua, por los desagües que se rompen y crean aniegos, por los negocios perjudicados, por las enfermedades que ya afectan a muchos vecinos, porque al parecer, a nadie le interesa que una calle se pavimenta hoy y se vuelva a romper mañana, tengo que decir, CÓMO ME DUELES CHICLAYO.
Vivimos ya un año electoral. Vamos a tener varias opciones para escoger a quien deba dirigir los destinos de Chiclayo, en los próximos cuatro años. Hagamos uso de nuestro derecho, con responsabilidad, pensando en el presente y en el futuro inmediato. Que no nos ciegue el espejismo de obras hechas el último año, sin planificación ni respaldo presupuestal efectivo. No nos dejemos engañar con ofertas utópicas, que van a proliferar en las próximas horas. Chiclayo necesita de nosotros, hoy más que nunca. No lo sigamos defraudando y digamos, por el amor a Dios, a una sola voz “CÓMO NO AMARTE CHICLAYO”
lunes, 12 de mayo de 2014
MI AMIGO ANGEL NAVARRO CARLOS
Nos conocimos allá por 1967. Yo llegaba a “Pregón Deportivo”, el programa que fundó Juan Rafael Sorogastúa, con solo 19 años de edad y me encontré con gente mayor como Jorge Raffo Niquén, Antonio Cabrejos Fernández y el mismo “flaco” Sorogastúa. Ángel, era menor que ellos y del saque, congeniamos. Me acuerdo que él hacía los comerciales y el día en que llegué al estadio para participar en la transmisión de un partido, entre el José Pardo de Tumán y el Cultural Pucalá, me dijo: “tranquilo, no te desesperes y hazle caso a Antonio”. Eso porque me mandaron a nivel de campo a apoyar a Cabrejos Fernández y querían evaluarme para ver si daba la talla.
Fueron muchas las jornadas que compartí con Ángel. En un inicio y con la gente de Pregón, en el local de Radio Lambayeque, que quedaba en la Av. Balta, casi en la esquina con la calle Francisco Cabrera. Era un local pequeño, antiguo, pero que tenía su auditorio. La radio pertenecía a la cadena nacional de un señor Cavero, que era dueño de Radio Victoria en Lima, donde triunfaba un chiclayano de nota, Juan Ramírez Lazo. Allí nos veíamos todos los días a las 7 de la noche. Los sábados y domingos había transmisiones a las que me fui acostumbrando. Ya no hacía informaciones a nivel de campo, sino desde la cabina y siempre al lado de Ángel.
Con Pregón, cubrimos la campaña de Juan Aurich en el inolvidable 1968. Transmitimos desde diferentes lugares del país y estuvimos en el desempate final en Lima, cuando Cristal nos ganó 2 a 1 y se obtuvo el sub campeonato, que le permitió al Ciclón del Norte ser el primer equipo provinciano que participó en la Copa Libertadores de América. Ese partido que se jugó a estadio lleno, había conmocionado a la ciudad. El “flaco” nos dijo: “tenemos que transmitirlo”. Fue un día miércoles y yo lo veía difícil, pues todos trabajábamos. Juan Rafael, Jorge y Ángel, en el Banco Popular, Antonio en sus actividades comerciales y yo en la IPC, que luego sería Petro Perú.
No sé cómo lo hizo, pero lo cierto es que, a las 3 de la tarde, con Juan Rafael a la cabeza, subimos los 4 a un avión que se fletó especialmente para la ocasión. Parecía mentira y allí estábamos llegando, una hora y media después a Lima. Me acuerdo que el partido era a las 9 de la noche y que terminando, debíamos ir al aeropuerto, pues el avión nos esperaba para regresarnos a Chiclayo. Yo pensé que íbamos a comer en uno de los restaurantes del estadio, pero Jorge Raffo, que era de buen diente dijo: “compadre hoy es un día histórico para Chiclayo, hay que disfrutarlo. Vamos a comer a un buen lugar, tenemos tiempo”. Ángel y yo nos miramos y asentimos.
No era la primera vez que viajábamos en avión, que por entonces era un lujo, a transmitir partidos. Lo hicimos en un fin de semana para ir a Talara, a narrar y comentar el partido de San Lorenzo de Almagro que era el campeón chiclayano, contra el Sport Chorrillos, campeón talareño. Transmitimos arriba del alero de la tribuna de occidente del estadio Campeonísimo. La cancha era de tierra y el griterío infernal de la gente, hacía que la tribuna se moviera y los papeles con los comerciales, que Ángel debía leer, se le enredaban. Yo le dije: “compadre, ¿tienes miedo? ... y él me dijo: “no, lo que pasa es que hay mucho viento y no puedo sujetar bien los papeles”.
En 1969, se jugó la eliminatoria – así se decía en ese tiempo, hoy dicen clasificatoria - para el Mundial de México. Al Perú le tocó enfrentar a Bolivia y a Argentina. La televisión era en blanco y negro y se transmitía en diferido. A Sorogastúa se le ocurrió que debíamos ir a Lima, para que con voces chiclayanas, se informara de los dos partidos que debía jugar el Perú. Primero fue Bolivia y transmitimos desde una cabina sin problemas. Fue la tarde en que el General Juan Velasco Alvarado, dio la salida de honor y ante el aplauso del público que llenaba el Nacional, se decidió a dar la vuelta olímpica. Estaba uniformado y comenzó por occidente y sur, con la gorra en la mano y arengando. Ángel y yo estábamos asombrados. No había pifias. De las tribunas bajaba un grito unánime: “Chino, chino, Perú, Perú”. Finalmente ganamos.
La siguiente vez fue con Argentina. En Chiclayo, la gran mayoría de hinchas, esperaba la transmisión de Pregón. Pero, surgió un inconveniente, no había cabinas y la única solución era que nos colocaran el punto del teléfono en el baño de la tribuna de occidente. Aceptamos y allá fuimos. Fue el día en que Chumpitaz hizo un pase de 40 metros, Perico León bajó la pelota, como quien recoge una flor y entrando al área le metió un taponazo que el arquero argentino Cejas, no pudo detener. Golazo. Lo gritamos todos. El flaco Sorogastúa, soltó el teléfono. Raffo, no lo quería recibir. A Ángel se le cayeron todos los papeles Yo saltaba gritando hasta desgañitarme el golazo y me imagino que en Chiclayo, durante algunos minutos, nadie hizo caso a la transmisión, por los gritos de alegría que se había generado.
Ese día vivimos una anécdota inolvidable: Al terminar el primer tiempo, Ángel tenía que leer los comerciales. Su “mesa” era un urinario. Los otros dos que había, los teníamos copados Juan Rafael, Jorge y yo. De pronto, un tipo, elegantemente vestido, apareció en escena. Nos miró sorprendido. Yo lo vi y me dije: “lo conozco, pero ¿dónde lo he visto?” y con Ángel, lo quedamos mirando y él nos pidió disculpas. Pasó a un reservado y solo cuando se fue, supe quién era. Ramón “Palito” Ortega. Era una estrella de la música sudamericana y gran hincha del fútbol. Nos quedamos con las ganas de pedirle un autógrafo.
Luego del Mundial, Ángel se separó de Juan Rafael y decidió crear Ovación. Él, o los motivos de la separación, nunca los supe. No hubo un distanciamiento conflictivo. Cada quien siguió su camino y yo decidí ir con Ángel. Fuimos a Radio Star que quedaba en la calle Amazonas frente al Coliseo. El dueño era Carlos Romero Carretero. Se hizo historia en esa radio, donde también estuvo Pregón Deportivo, con Alberto Sorogastúa, el hermano del flaco, que era actor de teatro y trabajó con Oscar Artacho, un argentino que llegó a Lima como futbolista y terminó creando Pregón Deportivo en Lima.
Carlos Romero, apoyó decididamente a Ovación. Con su hijo Carlitos Alberto, ya fallecido, viajamos a Piura, Sullana, Trujillo, siguiendo al Aurich. Ángel siempre lo fastidiaba como “lomo a lo pobre”. Fue una anécdota que se originó en un viaje a Trujillo. Carlitos nos llevó en su camioneta. Éramos como siete. Su papá le había dado el dinero para el combustible y el almuerzo. Cuando llegamos, eran como las once de la mañana y el partido era a las tres de la tarde. Carlitos me dijo: “vamos al mercado a almorzar”. Yo, que reconozco soy un poco difícil en esos temas, le dije: ¿“Estás loco? Vamos a un restaurante que conozco. No es caro”. Y fuimos. Al pedir, le dije al mozo: “¿hay lomo a lo pobre?” y me dijo que sí. “Que sean siete lomos a lo pobre” dijo Carlos Alberto, pensado que era un plato barato. Ángel y yo nos miramos y sonreímos. No le dijimos nada. Cuando empezaron a llegar los platos, Carlos Alberto dijo: “¡Asu! ¿Así comen los pobres en Trujillo? Y cuando llegó la cuenta, casi se desmaya. No lo podía creer y dijo: “ustedes verán cómo se regresan, porque estos lomos se han llevado toda la plata de la gasolina y voy a tener que regresar haciendo colectivo para llegar a Chiclayo”.
Una vez fuimos a Cusco a transmitir un Aurich- Cienciano. Viajamos junto con Lucho Campos Colchón, otra gran figura del periodismo deportivo, que ya había estado allí. Llegamos a media mañana y antes de las doce, ya estábamos comiendo un lomo a lo pobre, que era por supuesto más espectacular que el de Trujillo. Hora y media después, fuimos al estadio para saber dónde estaban nuestros lugares de transmisión. Y, un colega cusqueño, nos invitó a comer choclos con queso, asentándolos con cerveza helada. Esa noche me sentí morir. Teníamos que hacer un informe a Chiclayo y salimos del hotel, que estaba cerca a la Plaza de Armas. No llegué. En una de las columnas de los portales dejé el recuerdo de todo lo que había ingerido. Me llevaron al hotel y allí me depositaron, mientras ellos se fueron a conocer la ciudad de noche.
En otra oportunidad, fuimos a transmitir dos partidos en Lima. El Aurich jugaba con Alianza Lima en Matute y Boca de Ferreñafe con un rival, por la Copa Perú en el Estadio Nacional. Estábamos a tiempo, porque primero jugaban los profesionales. Le dije entonces a Ángel: “compadre, vamos caminando hasta el Nacional. Tenemos tiempo”. Ángel tenía un caminar pausado y me aceptó. Cada uno llevaba un maletín con los equipos que usábamos en la transmisión. Cuando de pronto, se escucharon fuertes gritos. Volteamos a mirar y asombrados, vimos una turba numerosa que corría hacia nosotros. Estaban a dos cuadras, pero se podía ver que estaba arrasando con todo. Nos miramos y ambos dijimos “Corre”. Llegamos al zanjón, jadeantes, asustados, pero sin ningún rasguño y con los maletines en las manos.
Cuántas anécdotas compartí con Ángel. Le decían “Zorro”, yo nunca lo llamé así y tampoco nunca le pregunté por qué le pusieron ese apelativo. Estoy terminando el artículo y me acuerdo de una noche que reemplazamos a Juan Rafael en la televisión. Era aniversario de la tragedia del Aurich y por aquel tiempo, siempre se hacía un homenaje en la ciudad. Los dos compartíamos un banco en el set y Ángel empezó a recordar el momento trágico, cuando explicaba el choque del ómnibus, se quedo en blanco. Dijo: “y entonces apareció un……” yo me di cuenta, pero tampoco me salía la palabra y dije “un tranvía”. Él lo repitió y luego de un momento y riéndose dijo “perdón fue un tren”.
El pasado miércoles 30 de abril, viajaba junto a mi esposa a Cajamarca, tenía un compromiso que me llevaría a estar tres días en esa ciudad. A las once de la noche, aproximadamente, me llamó mi compadre Raúl Sánchez para darme la noticia. Parecía mentira, pero era realidad. Descansa en paz Angelito. Ahora estarás con el Flaco, con el Pelao, con el Gallito Vélez, con Alejandro González, con Hisango. Y si hay partidos de fútbol, con seguridad que te vas a apuntar para narrarlos. Gracias por el tiempo que compartiste conmigo. Gracias por haberme permitido adquirir experiencia en el periodismo deportivo. Ten la seguridad que siempre diré con orgullo: “MI AMIGO ÁNGEL NAVARRO CARLOS”
domingo, 4 de mayo de 2014
DESAYUNANDO CON “EL CHINGUEL”
“Así me dicen en los pueblos jóvenes, donde vengo trabajando desde hace mucho tiempo”, fue lo primero que me dijo David Cornejo Chinguel (DCCh), luego que se sentara a compartir un desayuno conmigo el pasado martes. Mi amigo, Alfredo Montenegro Bermeo, me había llamado un par de días antes, para invitarme a desayunar. Le agradecí, nos pusimos de acuerdo en la fecha. Luego de mi aceptación, me dijo: “Fernando también he invitado a DCCh, me gustaría que se conozcan”. Le respondí entonces, que de mi parte no había problema, “pero no me vayas a dejar colgado, como ya lo hiciste antes”, agregué. Alfredo me aseguró diciendo: “David me ha pedido ésta reunión, pues quiere que conozcas algo de lo que está haciendo para llegar a ser alcalde de Chiclayo”. Y, efectivamente, llegó.
Inicialmente, estuvo también el Presidente Humberto Acuña, a quien había entrevistado en mi programa periodístico “ASÍ SOMOS”. Su presencia, sin duda, ayudó a romper el hielo, pues luego de sentarnos, fui claro con DCCh: “una las acciones que me desagradó de ti, fue tu salida del humanismo, luego de asegurar que no participarías en política, sino lo hacías con ellos. Pensé que eras una persona acomodaticia y en mi concepto, eso te devaluaba para ser alcalde de Chiclayo”. Entonces, DCCh comenzó a dar sus puntos de vista sobre su salida: “Yo venía criticando duramente la actuación del Alcalde Torres, por los evidentes actos irregulares que se están cometiendo en la Municipalidad y entonces, aparece Yehude ofreciéndole su apoyo”. Sin duda, eso había pasado. Quién sabe, alguien que está fuera del entorno, podría pensar que el gesto de Yehude era para ayudar sin intereses, pero a DCCh, eso le supo a “chicharrón de sebo”.
“Luego vino lo de Roger Custodio en EPSEL, que me pareció gravísimo, pues el nivel de corrupción en esa empresa es realmente alto. Yehude no accedió a mi pedido de separar a Custodio, entonces yo dije: hasta aquí nomás”. También es verdad, aunque la actuación que ha venido cumpliendo el monsefuano es destacable, pues al lado de Jorge Pizarro se han convertido en dos rocas en los zapatos de los otros directores y del propio Torres González. Y, entonces, me contó de su acercamiento con César Acuña: “Nos conocimos en el Congreso de la República y yo fui el principal apoyo que él tuvo para que su Universidad empezara a funcionar. Yo esperaba por lo menos unas palabras de agradecimiento, pero nunca las hubo y eso me dolió”.
El resentimiento duro muchos años, hasta que, con seguridad, alguien le informó al presidente de APP, la labor que estaba realizando DCCh y que había renunciado al PHP.”Contáctelo”, habría sido la orden de Acuña. Cornejo encontró entonces, un nuevo camino para concretar su sueño y además para lavar la afrenta que le habían hecho en el siglo pasado. Se dice que, inicialmente, Humberto Acuña se resistió a esa idea, pero pronto tomó el control de la situación y se puso a trabajar. Hubo entonces decepciones, jaladas de los cabellos, murmullos rabiosos, pero la disposición ya estaba dada. David Cornejo sería el candidato y por parte de APP, no habría retroceso.
DCCh, es conciente que hay gente entre los apepistas que no lo quieren. Se refirió en buena forma a Raúl Valencia, a quien en algún momento, lo había responsabilizado de la fuerte campaña en su contra, que tuvo su punto máximo, cuando Rosita Chambergo publicó en e Semanario Expresión, un reportaje sobre el abastecimiento irregular de agua que recibía la universidad, de la que es promotor. Su respuesta fue violenta y por eso yo pregunté: OTRO PATAN EN LA ALCALDÍA…YA NO POR FAVOR. El me respondió: “yo no soy un patán. No es así mi comportamiento. Pero ese día estaba enojado porque se atacaba a la universidad que yo creé y que la siento como a un hijo”. Está convencido que en el Ministerio Público se aclarará todo y que no va a llegar el asunto al Poder Judicial.
Y, entonces, empezó a hacerme conocer su enfoque sobre Chiclayo. Al cabo de dos horas de conversación, me di cuenta que es conciente de la realidad de nuestra ciudad y de la provincia. Sin duda, se está preparando a fondo. “Yo tengo mi vida organizada. No marco tarjetas, no tengo horarios, no recibo ordenes de nadie. Así que me puedo dedicar a Chiclayo y por supuesto a los chiclayanos, a tiempo completo”. Me dio a conocer las 4 líneas maestras con las que piensa trabajar y de las que está seguro, logrará el desarrollo y bienestar de la ciudad, distritos y chiclayanos.
“Hay que ver el tema del tránsito. Mi plan contempla la construcción de pasos a desnivel y la creación de nuevos anillos viales. Los primeros estarán sobre las intersecciones de las avenidas José L. Ortiz y Salaverry y sobre Chinchaysuyo con Fitzcarral. No puedo ir con el chatarreo de los 25 mil taxis que circulan en la ciudad, pero fomentaremos la creación de empresas para el transporte masivo”. No esperaba yo que me dijera todos los puntos que desarrollaría en el tema transportes, pero sin duda, si lograra concretar estos objetivos, se habrá dado un paso muy importante para el desarrollo de la ciudad.
“Voy a fomentar los mercados zonales. No estoy de acuerdo con el planteamiento de Alberto Ortiz Prieto, de tomar el Coliseo Cerrado y convertirlo en un anexo del Modelo. Los mercados zonales bien construidos y abastecidos correctamente, serán la solución al problema de la comercialización de productos. Eso lo han entendido los supermercados, que han empezado a acercarse a los vecinos para atenderlos”. Pero fue más allá cuando le pregunté sobre los vendedores ambulantes desalojados: “yo le exigiría a la SUNAT que cumpla su trabajo. Allí se venden cosas sin facturas, sin boletas, cosas de contrabando. Queremos corregir este problema. Comencemos a detener a los abastecedores. Ellos son los verdaderos responsables”.
DCCh, está convencido que en la actual gestión, la corrupción ha campeado: “Es increíble que, funcionarios de tres mil soles mensuales, anden en carro nuevo, tengan propiedades inmuebles, se vayan de vacaciones a lugares privilegiados. Nosotros vamos luchar implacablemente contra esta lacra, que sin duda, se aprovecha por la falta de control y autoridad del alcalde. El SATCH es un desastre. Han puesto a gente sin conocimiento y experiencia a dirigirlo y que quedan en manos de algunos funcionarios sinvergüenzas, que manipulan los controles a su antojo”. Tampoco escatimó palabras para referirse a EPSEL: “Por favor, hace rato que la empresa del agua hace agua. El nivel de incapacidad y de corrupción es impresionante. En lugar de avanzar en el servicio al que están obligados, se ha retrocedido. No entiendo porqué la fiscalía demora tanto en hacer las denuncias respectivas, o porqué la Contraloría no interviene con mayor energía”.
Esas preguntas sin duda las hacen mucha gente, que hasta ahora no encuentran respuesta. DCCh no “se hace bolas” en condenar a Torres González: “yo estoy convencido que debe estar preso. Este hombre nos ha hecho mucho daño y estoy convencido que cuando caiga, van a caer varios con él. Y no solo del municipio”. Le dije entonces que, con él en el municipio, podría haber una “cacería de brujas”, tal como me pasó, cuando el hoy auto titulado “patán municipal”, asumió la alcaldía. “Te puedo asegurar que no será así. No lo voy a perseguir, pero sí, voy a ser muy exigente con la oficina de auditoría interna, con la Contraloría, con el Ministerio Público y también con el Poder Judicial, para que estas atrocidades que se han hecho en la Municipalidad, no queden impunes”.
Cornejo es conciente que para ganar las elecciones, tiene que cambiar la chapa con la que mucha gente se refiere a él: “Come agua”. Y, entonces, con los contactos que consiguió para que apoyen a su universidad, ha comenzado la planificación de actividades, como: la reconstrucción de parques, el enrejamiento de centros deportivos, la tención con agua potable a sectores marginales. “A mediados de Mayo, van a llegar 20 personas que traerán el apoyo económico que nos permitan hacer esas obras y habrán muchas más” aseguró. Pensé: “ojalá Torres no te ponga obstáculos”.
DCCh ha aceptado a Guillermo Segura, como primer regidor, aunque a él le hubiera gustado que hubiese sido Raúl Valencia. “Es un tipo de primera” me dijo. Me preguntó mi opinión y le dije: “Segura es un termocéfalo. Él ha trabajado para ser considerado candidato a la alcaldía, pero la orden de su líder y mentor, lo ha obligado a comerse el sapo. Para mí, tu y él son como el agua y el aceite”. Me respondió: “espero que te equivoques”. Si ganan, yo también espero estar equivocado, por el bien de Chiclayo.
Esa tarde del martes, tomé un taxi para ir de mi casa al centro. El chofer me reconoció y me buscó la conversación sobre los candidatos. Le dije que, las últimas encuestas dan a Ortiz Prieto, Cornejo Chinguel y Marco Gasco, con mayores posibilidades, y entonces me dijo: “ese Chinguel, quiere ser alcalde. Increíble. A ese hombre le gusta hacer préstamos y no pagarlos. Yo conozco a un señor Lecca, que se murió sin recobrar su dinero”. Me pregunté: “será cierto o éstos son los sicosociales que tumbaron a muchos candidatos, contra los que también tendrá que luchar, el hoy, militante apepista. Pensando con mala leche: “¿Será posible que esos “runrunes callejeros” salgan del local de la Av. Bolognesi?” Bueno, el tiempo lo dirá, mientras tanto estaré DESAYUNANDO CON EL CHINGUEL.
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