martes, 17 de febrero de 2015

QUÉ PENA Y QUÉ VERGÜENZA

Hace algunos días, hice un comentario en mi cuenta de Facebook refiriéndome a una noticia que me habían proporcionado sobre el acuerdo del directorio de EPSEL para designar como su asesor al exdirector James Uriarte Núñez (JUN).  No hacía mucho, habían salido unas declaraciones del presidente del directorio  Hugo Bravo Monje, que no dejaban muy bien parados a los directorios anteriores, de todos los cuales formó parte Uriarte Núñez.

Decidí llamar por teléfono a JUN, y cuándo me contestó, le pregunté su opinión sobre las declaraciones de Bravo Monje, y con voz baja y trémula, me dijo: “no quiero hablar sobre eso, Fernando, porque el directorio ha acordado designarme asesor y estoy en la antesala del alcalde para que me confirme la designación”. No lo podía creer. Mi viejo maestro del CMEA, me acababa de pegar un “Cross” a la mandíbula. Qué pena y qué vergüenza. “Asesor”, y entonces, si tienen que pisarme, que me pisen. “Asesor”,  y si tengo que decir que las gestiones anteriores fueron un fiasco, aunque formé parte de ellas,  qué me importa. Total lo que cuenta es el contrato y punto.

En el diario “La República” del día lunes 16 de febrero 2015, se publica una entrevista que le hicieran al joven presidente de EPSEL, en la que, entre otras cosas, reconoce: “siempre he tenido un perfil bajo. He sido consultor, maestro universitario y soy directivo de CAPECO”. Su paso por la gestión pública se dio en el 2005, cuando estuvo relacionado con el programa “A Trabajar Urbano”. Muy poco, sin duda, para la enorme responsabilidad que le ha dado Cornejo Chinguel de presidir EPSEL y quién sabe por eso, la decisión del directorio de designar a Uriarte, haya tenido que pasar por la “bendición” del alcalde, casi como una copia fiel de lo que solía hacerse en los años de la “perversión”.

En la mencionada entrevista, Bravo señala que: “En EPSEL se encontró a profesionales que habían sido relegados por la administración anterior, sin embargo, ahora se les ha encomendado funciones de acuerdo a sus competencias”.  Y, en la edición de hoy martes 17 febrero 2015 del mismo diario, salen unas declaraciones de Bravo que son de antología: sus servicios (refiriéndose a Uriarte) solo serán por tres meses, y que el directorio tomó esa decisión por necesidad de conocer los informes de la anterior directiva, en razón que no hay un balance. Señaló que se le pagará tres mil soles al mes.  

Uriarte es ingeniero civil. Los balances los trabajan los contadores, y recién allá por marzo, se ven sus cierres, y luego son auditados para que la Junta de Accionistas los apruebe. ¿Sabrá esto Bravo Monje? Más aún, si entre las gestiones que viene haciendo está la de recuperar a los funcionarios relegados, ¿acaso no estarán entre ellos, los contadores, los economistas y hasta los administradores que puedan ver un balance de la empresa?

Quiera o no, JUN ha formado parte de ese lado oscuro y perverso de EPSEL. Él se mantuvo, y todos en la empresa lo saben, como director, porque Torres Gonzáles así lo quería. Todos saben que fue Uriarte quien llevó a trabajar a la empresa  a dos hombres de Torres que salieron por la puerta falsa de la MPCh, Cristian Soriano y  Juan Torres Ovalle, los mismos que tuvieron un comportamiento negativo en la cuestionada primera licitación de los emisores, cuya comisión de licitación la presidió el actual gerente general de la empresa, Néstor Salinas. (Se ve que Bravo no se ha preocupado en tratar de conocer un poco lo que pasó en años anteriores)

Y como se señala en la denuncia penal  que la exregidora Celinda Ortiz Prieto presentara ante el Ministerio  Público contra James Uriarte por el supuesto delito de nombramiento y aceptación ilegal para cargo público, ésta todavía está en proceso de investigación, y entonces surge la duda. Si para ser director de la Empresa, el candidato, de acuerdo al inciso h) del Artículo 5° de la Directiva No. 01-2014-OTASS/CD,  no debe ser parte en procesos judiciales pendientes de resolución contra la EPS donde ejercerá sus funciones, ¿cómo entender  la designación de JUN como asesor, cuando lo denunciado por Ortiz, resulta evidente?

Cabe preguntarnos, qué tipo de asesoría va a brindar Uriarte al nuevo directorio. Sobre balances, creo que no, pues no es CPC. Sobre obras, puede ser, pero tendría que tener en cuenta el joven e inexperto presidente del directorio, que pondría al gato de despensero. Uriarte es tan responsable, como otros directores, por la situación de la empresa. Teniendo esto en cuenta, por qué no se hizo un concurso entre Uriarte y Aníbal Barrera, que también fue director de la empresa, casi el mismo tiempo que JUN.

¿Se habrá puesto a pensar Bravo Monje que, de repente lo que se busca es minimizar las deficiencias cometidas?  Joven Bravo, hay un viejo dicho que dice: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Mi viejo profesor, en ese típico comportamiento  que se le critica, presentó su Hoja de Vida al seno del Concejo, para que lo consideren como el representante en  el directorio de EPSEL. Nadie votó por él. No pudo entrar por la puerta, ahora entró por la ventana.

“La empresa está en crisis, es por eso que urgen acciones concretas. En primer lugar, es conseguir números en azul”, ha dicho cándidamente Bravo Monje, demostrando que está todavía pagando derecho de piso en la administración pública. Eso, finalmente, no es problema grave. Se supera con el tiempo. Sin embargo, debemos preguntarnos: “¿podrá esperar EPSEL el tiempo que Bravo requiere para madurar? ¿Seguiremos teniendo, mientras tanto, “bendiciones alcaldistas” como en los viejos tiempos  en EPSEL? Bueno, habrá que esperar que las cosas vayan madurando para bien, pero mientras tanto, “QUÉ PENA Y QUÉ VERGÜENZA".

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