domingo, 22 de febrero de 2015

¡QUÉ BIEN GUARDADITO LO TENÍAN!

David Cornejo Chinguel (DCCh), el Alcalde de Chiclayo, es según sus palabras y también sus acciones, un hombre religioso, creyente. Quién sabe cuándo,  sus padres  decidieron su nombre, si sabían el significado del mismo.  DAVID, el que es amado por Dios. DAVID, el que posee una fuerte personalidad  y una gran energía que hace que, en general, consiga lo que se propone.  Nombre bíblico, nos recuerda al rey, que antes de serlo, venció al gigante Goliat, solo con su honda  y su inexperiencia guerrera, pues siendo el  hijo menor, su tarea era solo la de ser pastor de ovejas y además el de tocar el arpa.

El David de Chiclayo, estoy seguro que ha leído estos pasajes bíblicos. Me lo imagino diciéndose a sí mismo: “Si él pudo, ¿por qué yo no?” Y, entonces, un día decidió separarse de Yehude Simon y aceptar unas disculpas que le debía Cesar Acuña Peralta, hacía poco más de 20 años. Con esa reconciliación, vino la invitación para que sea el candidato de APP para la alcaldía de Chiclayo. Fue un duro golpe para algunos apepistas que, con justa razón, esperaban la bendición del dueño del partido para asumir esa representación.  Me dicen que algunos quedaron con la boca abierta, y otros, con los ojos chinitos de tanto llorar por la desilusión.

Pero sumisos al fin, hicieron de tripas corazón y siguieron adelante. DCCh entró con calzador a su nuevo partido. Era consiente que lo miraban de reojo y supo que si no manejaba las cosas con el apoyo de sus incondicionales, no iba a tener futuro. Dejó de ir al local partidario, movilizó a los “cornejistas” a cada presentación que tenía y en una jugada de callejón (como dirían en el fútbol) propuso a uno de los frustrados aspirantes a la alcaldía, como Primer Regidor. Pensó que con eso era suficiente, pero se equivocó. Tiene una piedra en el zapato que, por momentos aumenta su tamaño y lo hace cojear.

El dos de enero pasado los chiclayanos íbamos a vivir un momento muy especial. DCCh y sus 15 regidores juramentarían en acto público, frente a nuestro querido Palacio Municipal. Se terminaban así 8 años de vergüenza, en la que, no solo los hoy presos, sino también nosotros, tenemos responsabilidad, por haber permitido con nuestro silencio,  nuestra falta de decisión de salir a las calles a protestar, o de ir a las autoridades competentes a denunciar  los  visibles actos de corrupción. Cornejo era  el nuevo amanecer, el aire fresco, que a todos nos devolvería la esperanza de un Chiclayo Diferente.

Por un acto de gentileza de DCCh, pude sentarme en primera fila en la ceremonia como ex alcalde.
Vi a un alcalde exultante, que antes de tomar asiento, cual torero victorioso, dio un “paseíto” y saludó a sus invitados, a sus familiares y al pueblo en general. Y vino la ceremonia de juramentación. Todos observamos cómo el presidente regional, Humberto Acuña, procedía a efectuar la ceremonia: “Jura usted….” Y la respuesta de un sudoroso DCCh: “Sí, juro”. Los aplausos no se hicieron esperar. Los brazos en alto de Acuña y “el Chinguel”, sellaban un momento histórico para Chiclayo. Por fin un nuevo alcalde. Por fin tiempos mejores. Fuera la perversidad, la maldad, los robos, la corrupción, las mentiras.

Pero al parecer otra vez los chiclayanos hemos pecado de ingenuos. Somos como los adolescentes cuando se enamoran y piensan que la pareja, a esa edad, es lo mejor que podíamos conseguir y queremos que dure para toda la vida. No pasaron ni 24 horas, cuando en la página web de RPP, salían unas declaraciones del ciudadano Roberto Aguilar Núñez, exfuncionario municipal en la época de Montenegro Dávila: “El alcalde Cornejo ha juramentado por el presidente regional y no es válido, porque trasgrede lo que señala el Artículo 34 de la Ley No. 26864, referida a las elecciones municipales, y al Artículo 6 de la ley No. 26997, que regula el proceso de transferencia municipal”.

Aguilar tenía razón. En ambas normas se especifica que el juramento debe ser un acto público y que el alcalde juramentará ante el primer regidor, y ante la ausencia de éste, ante el regidor que le siga.  El del dos de Enero sí fue un acto público. La juramentación no se ajustó a ley y, entonces, lo más sensato era regularizar la situación en una ceremonia PÚBLICA en el salón de actos municipal. Pero, entonces aparecieron los “sabios”, los  “ninguneadores”, los que le hablan al oído al alcalde y que lo llevaron a decir que, “la ceremonia de la juramentación fue solo protocolar”.

El cuatro de febrero 2015 Cornejo dijo en RPP: “fue una ceremonia simbólica. Para mí es un  elemento intrascendente. Yo no entiendo el porqué le dan tanta importancia, pero si hay que subsanarlo, lo haremos y seguiremos trabajando y si el jurado notifica, nos sujetaremos al curso de las observaciones”. Era, sin duda, un momento muy delicado para el alcalde. Luz y Sombra. Tenía que comerse el sapo si no quería denunciar a quienes lo llevaron a cometer ese “error”. Claro, muchos coincidimos que el papel que tuvieron los abogados en este caso, fue muy deficiente. Y, me refiero a los funcionarios- abogados  y a los regidores-abogados (algunos de los cuales creen estar de vuelta en todo).

Escribo este artículo hoy sábado 22 de febrero 2015. Ayer los rumores sobre una nueva juramentación de DCCh, iban creciendo. En una actividad organizada por el Instituto Víctor Raúl Haya de la Torre, conversé con los regidores José Barrueto y Laura Hernández.  A ellos también les habían llegado los rumores. “Sí, parece que ha habido una juramentación íntima, donde solo participaron el alcalde y los regidores de mayoría. A nosotros no nos han convocado”, coincidieron ambos regidores.

Y, entonces esta mañana contacté a Ruperto Castellanos, el gerente de asesoría jurídica del municipio  y me confirmó el rumor: “Sí, ha habido una ceremonia INTERNA, donde el alcalde Cornejo juramentó ante el regidor Segura”. Le pregunté entonces si habían estado todos los regidores, y me dijo que solo estuvieron los de mayoría. Pensé, aquí algo no encaja. Si tomaron la decisión de REJURAMENTAR a Cornejo, era que se aceptaba que la primera juramentación no era válida. Siendo así, las juramentaciones de los 15 regidores ante el alcalde, tampoco.

Quise saber, entonces, cuándo se había realizado esa íntima rejuramentación. La respuesta de Ruperto Castellanos me desubicó: “fue el 5 de enero, antes de la primera sesión, si gustas te puedo dar una copia del acta”. Y, ante mi aceptación, recapacitó y me dijo: “no, mejor le digo al alcalde para que me autorice, porque estamos a la espera de que el Jurado Nacional de Elecciones lo solicite”. Claro, esto, en razón de la denuncia que Ranjiro Nakano hiciera ante ese organismo, pidiéndole que se pronuncie sobre el caso.

Las preguntas caen solas. ¿Si la ley 26864 dice que la instalación debe ser en acto público, esta ceremonia íntima corrige la “protocolar” del dos de enero? ¿Si la juramentación pública era írrita, DCCh tenía la integridad legal para juramentar a los regidores? ¿Por qué a la ceremonia íntima no invitaron a los 6 regidores de la minoría? La verdad es que, se está actuando con torpeza inexplicable. Parecería que el alcalde, sus asesores y los regidores de su mayoría, hubiesen entrado en un pantano y en lugar de salir sin desesperarse, se hunden cada vez más.

¿Tanto cuesta reconocer un error? ¿Tanto cuesta decir públicamente: “Nos equivocamos y vamos a enmendar el error”? Porque ahora, si estiramos un poco el tema, tendríamos que saber si DCCh cobró su sueldo y los regidores sus dietas. ¿Y si resulta que el JNE dice que deben volver a juramentar en público, devolverán lo cobrado? Vómito negro que le dicen. Feo inicio de una gestión que nos había ilusionado, nos iba a permitir pintarnos la cara color esperanza. Hoy solo puedo decir, seguramente como muchos cuando se enteren: ¡QUÉ BIEN GUARDADITO SE LO TENÍAN!

martes, 17 de febrero de 2015

QUÉ PENA Y QUÉ VERGÜENZA

Hace algunos días, hice un comentario en mi cuenta de Facebook refiriéndome a una noticia que me habían proporcionado sobre el acuerdo del directorio de EPSEL para designar como su asesor al exdirector James Uriarte Núñez (JUN).  No hacía mucho, habían salido unas declaraciones del presidente del directorio  Hugo Bravo Monje, que no dejaban muy bien parados a los directorios anteriores, de todos los cuales formó parte Uriarte Núñez.

Decidí llamar por teléfono a JUN, y cuándo me contestó, le pregunté su opinión sobre las declaraciones de Bravo Monje, y con voz baja y trémula, me dijo: “no quiero hablar sobre eso, Fernando, porque el directorio ha acordado designarme asesor y estoy en la antesala del alcalde para que me confirme la designación”. No lo podía creer. Mi viejo maestro del CMEA, me acababa de pegar un “Cross” a la mandíbula. Qué pena y qué vergüenza. “Asesor”, y entonces, si tienen que pisarme, que me pisen. “Asesor”,  y si tengo que decir que las gestiones anteriores fueron un fiasco, aunque formé parte de ellas,  qué me importa. Total lo que cuenta es el contrato y punto.

En el diario “La República” del día lunes 16 de febrero 2015, se publica una entrevista que le hicieran al joven presidente de EPSEL, en la que, entre otras cosas, reconoce: “siempre he tenido un perfil bajo. He sido consultor, maestro universitario y soy directivo de CAPECO”. Su paso por la gestión pública se dio en el 2005, cuando estuvo relacionado con el programa “A Trabajar Urbano”. Muy poco, sin duda, para la enorme responsabilidad que le ha dado Cornejo Chinguel de presidir EPSEL y quién sabe por eso, la decisión del directorio de designar a Uriarte, haya tenido que pasar por la “bendición” del alcalde, casi como una copia fiel de lo que solía hacerse en los años de la “perversión”.

En la mencionada entrevista, Bravo señala que: “En EPSEL se encontró a profesionales que habían sido relegados por la administración anterior, sin embargo, ahora se les ha encomendado funciones de acuerdo a sus competencias”.  Y, en la edición de hoy martes 17 febrero 2015 del mismo diario, salen unas declaraciones de Bravo que son de antología: sus servicios (refiriéndose a Uriarte) solo serán por tres meses, y que el directorio tomó esa decisión por necesidad de conocer los informes de la anterior directiva, en razón que no hay un balance. Señaló que se le pagará tres mil soles al mes.  

Uriarte es ingeniero civil. Los balances los trabajan los contadores, y recién allá por marzo, se ven sus cierres, y luego son auditados para que la Junta de Accionistas los apruebe. ¿Sabrá esto Bravo Monje? Más aún, si entre las gestiones que viene haciendo está la de recuperar a los funcionarios relegados, ¿acaso no estarán entre ellos, los contadores, los economistas y hasta los administradores que puedan ver un balance de la empresa?

Quiera o no, JUN ha formado parte de ese lado oscuro y perverso de EPSEL. Él se mantuvo, y todos en la empresa lo saben, como director, porque Torres Gonzáles así lo quería. Todos saben que fue Uriarte quien llevó a trabajar a la empresa  a dos hombres de Torres que salieron por la puerta falsa de la MPCh, Cristian Soriano y  Juan Torres Ovalle, los mismos que tuvieron un comportamiento negativo en la cuestionada primera licitación de los emisores, cuya comisión de licitación la presidió el actual gerente general de la empresa, Néstor Salinas. (Se ve que Bravo no se ha preocupado en tratar de conocer un poco lo que pasó en años anteriores)

Y como se señala en la denuncia penal  que la exregidora Celinda Ortiz Prieto presentara ante el Ministerio  Público contra James Uriarte por el supuesto delito de nombramiento y aceptación ilegal para cargo público, ésta todavía está en proceso de investigación, y entonces surge la duda. Si para ser director de la Empresa, el candidato, de acuerdo al inciso h) del Artículo 5° de la Directiva No. 01-2014-OTASS/CD,  no debe ser parte en procesos judiciales pendientes de resolución contra la EPS donde ejercerá sus funciones, ¿cómo entender  la designación de JUN como asesor, cuando lo denunciado por Ortiz, resulta evidente?

Cabe preguntarnos, qué tipo de asesoría va a brindar Uriarte al nuevo directorio. Sobre balances, creo que no, pues no es CPC. Sobre obras, puede ser, pero tendría que tener en cuenta el joven e inexperto presidente del directorio, que pondría al gato de despensero. Uriarte es tan responsable, como otros directores, por la situación de la empresa. Teniendo esto en cuenta, por qué no se hizo un concurso entre Uriarte y Aníbal Barrera, que también fue director de la empresa, casi el mismo tiempo que JUN.

¿Se habrá puesto a pensar Bravo Monje que, de repente lo que se busca es minimizar las deficiencias cometidas?  Joven Bravo, hay un viejo dicho que dice: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”. Mi viejo profesor, en ese típico comportamiento  que se le critica, presentó su Hoja de Vida al seno del Concejo, para que lo consideren como el representante en  el directorio de EPSEL. Nadie votó por él. No pudo entrar por la puerta, ahora entró por la ventana.

“La empresa está en crisis, es por eso que urgen acciones concretas. En primer lugar, es conseguir números en azul”, ha dicho cándidamente Bravo Monje, demostrando que está todavía pagando derecho de piso en la administración pública. Eso, finalmente, no es problema grave. Se supera con el tiempo. Sin embargo, debemos preguntarnos: “¿podrá esperar EPSEL el tiempo que Bravo requiere para madurar? ¿Seguiremos teniendo, mientras tanto, “bendiciones alcaldistas” como en los viejos tiempos  en EPSEL? Bueno, habrá que esperar que las cosas vayan madurando para bien, pero mientras tanto, “QUÉ PENA Y QUÉ VERGÜENZA".

domingo, 8 de febrero de 2015

¿VAMOS A SUFRIR SEÑOR MOSQUERA?

El último de mis nietos, Fabio, nació en España y cuando tenía cuatro años, su mamá lo trajo junto con sus dos hermanos a vivir al Perú, a Chiclayo específicamente.  Recuerdo que cuando llegó yo le preguntaba si quería ser futbolista y él me respondía que “si”. Entonces yo le decía ¿por qué equipo quieres jugar? Y él me respondía: “por el Real Madrid”.  “¿Por qué?” le pregunté, y me contestó: “porque es el mejor del mundo”. Claro, era comprensible, su padre y sus dos hermanos mayores habían influenciado para que Fabio tuviera esa visión.

Cuando ya tenía 5 años comencé  a llevarlo al estadio, para ver jugar al Juan Aurich. Al principio, se aburría y no prestaba atención a los partidos. Fue cambiando cuando el juego ya lo tuvo de participante, en los partidos que los niños de Los Pinos de la Plata, solían realizar en la “canchita”, o en los jardines del Condominio, hasta que, a una vecina sin infancia, se le ocurrió poner cactus en medio de ellos para impedir que jugaran allí.

Ya por entonces lo matriculamos en la Academia del Jockey Club y él comenzó a pedirme que lo llevara a ver jugar al Aurich .Ya no solo era el Real Madrid, Fabio comenzaba a hablar del Aurich, de ese equipo al que vio jugar en el Elías Aguirre y luego fue Campeón Nacional. Se identificó con el triunfador y los mensajes que recibía en casa fueron convenciéndole que debía, cuando grande, jugar primero por el Aurich y en su mente e imaginación de niño, después por el Madrid.

Señor Mosquera, mi nieto de 8 años es hoy aurichista. Estuvo conmigo en el estadio cuando empatamos con Cristal en el primer partido por el título del año pasado. Compartió a mí lado el empate en Lima viéndolo por televisión, y al finalizar me dijo: “Papi Fer nos vamos a Trujillo para ver campeonar al Aurich”. Y nos fuimos señor Mosquera. Sin duda, una experiencia inolvidable para este niño. Le cuento, Fabio fue entrevistado por el periodista Dante Mateo de RPP, mientras almorzábamos, y le cantó al país: “Sale el Ciclón….sale el Campeón”. Se imaginará usted cómo estaba yo. Por supuesto, mi Fabito no era consciente de lo que estaba viviendo, pero algún día, cuando lea estas líneas y vea las fotos, sedará cuenta.

Y sufrimos la derrota, aun cuando él  gritara los goles de Rengifo y el GOLAZO de Junior Viza con un sonoro “GOL CARAJO”. Pude ver sus ojos llorosos por la alegría de esos goles y no supe qué decirle para consolarlo, cuando al final perdimos. ¿Qué se le puede decir a un niño de 8 años, cuando su ilusión queda trunca. Acaso es una buena medida de consolación el buscar culpables, señor Mosquera? Los grandes podemos entender eso, pero un niño ….  Y regresamos, con la derrota y nuestra tristeza a Chiclayo. No sé para dónde fueron ustedes, ni lo que sentían en sus corazones, pero para los aurichistas que regresábamos a nuestra ciudad, fue una tragedia.

En Navidad le dije a mi Fabito: “hay que ser optimistas, el año entrante campeonamos” y me miraba como diciendo “¿y si jugamos contra Cristal?”. Me di cuenta que en la mente de mi nieto estaba germinando el temor a la derrota. El miedo a enfrentarse a alguien a quien se le considera superior. Fíjese señor Mosquera, todo lo que el fútbol y un equipo pueden generar en personas que están en formación. Me  pregunto: “¿Serán conscientes los jugadores, usted señor Mosquera y los dirigentes, de lo que el Aurich, significa para los chiclayanos y específicamente te para los niños chiclayanos?

Yo lo vi jugar a usted en el Cristal. Vi su calidad, y cada vez que le tocaba jugar contra Aurich era todo un problema para nosotros. Sé, por lo que todos dicen, que es usted una persona muy seria, un hombre que aspira ser mejor cada día, que no tiene dobleces, que defiende con todas sus fuerzas su honor y lo que esto representa para su familia. Y me parece muy bien. Y estoy convencido que, personas como usted, sirven de ejemplo para muchos que observan su caminar y que vienen  detrás. Es usted señor Mosquera el dueño de nuestras ilusiones de volver a ser campeones, de las ilusiones de los adultos y de los niños que están en formación de sus vidas y de su cariño e identificación con el Aurich.

El sábado fui con mi Fabito a ver al equipo en su debut ante la Universidad San Martín.  Él y yo estábamos seguros  que ganábamos. “No tienen jugadores conocidos”, me decía. “Vamos a ganar”, me confiaba tranquilo. Y yo, con los años vividos, las derrotas y los triunfos  compartidos, me decía: “algo no está bien”.  Señor Mosquera, tenemos que ser sinceros, el Aurich es solo un equipo de fútbol, sin directiva como lo exige una institución deportiva. El presidente se fue en diciembre pasado. Estamos casi en la mitad de febrero y no hay reemplazo. A todos nos gustaría saber quién firmó el contrato con usted. No para saber cuánto gana, sino para conocer quién representa legalmente al equipo.

Y claro, como comprenderá usted señor Mosquera, nuestra preocupación es el futuro inmediato. Tenemos el campeonato  local y la Libertadores por enfrentar.  ¿Usted cree que con los jugadores que puso en cancha el sábado tenemos equipo para la competencia internacional. O vamos a dar pena?  Entonces, tenemos derecho los hinchas a preguntarnos: “¿Usted pidió a los nuevos jugadores que hoy forman parte del plantel.  A Junior Ross, con 29 años de edad y 12 en la profesional.  A César Valoyes, con 31 años  de edad y 12 desde que se inició en su país. A Diego Pizarro, con 25 años de edad, 7 en la profesional y con ningún pergamino resaltante que mostrar. O se los impusieron?

Ni hablar de Edgar Balbuena, que ya el año pasado parecía que los años le estaban pasando factura. Cuántos penales perdió, cuántos goles nos hicieron porque sus reflejos no eran los mismos de campeonatos pasados. Usted  recomendó  que siguiera en el equipo.  Por lo que se sabe, hay un señor Ruiz, que dicen es el asesor futbolístico,  y un profesional reconocido como Fernando Núñez que hace labores de asesor  financiero y participa activamente en la elaboración de los contratos. Entonces, me pregunto: “¿qué dirigente habla con usted para pedirle explicaciones, por ejemplo sobre la derrota del sábado. A quién le explica usted, señor Mosquera, porqué terminó jugando con casi cuatro delanteros.  Porqué puso a Delgado de marcador, si él siempre jugó de central?

No hay dirigentes referentes.  A escasas semanas del inicio de la Libertadores no tenemos un equipo solvente. ¿Qué podemos esperar señor Mosquera. Una nueva desilusión internacional o
un: “bueno,  vamos a ver qué pasa”? Usted es un triunfador, contágienos entusiasmo, expectativas de triunfo, y si no se puede, denos la satisfacción que el equipo empieza a mostrar a jugadores chiclayanos, jóvenes y con fututo para que lo defiendan. Le recuerdo una vieja expresión: “Nadie ama lo que no conoce. Lo que no se conoce, no crea identidad.  Y cuando no hay identificación con algo, no se le puede defender”.  El Aurich, señor Mosquera, necesita sangre chiclayana para que lo defienda. No queremos que otro Yordi Reyna se vaya por un destino diferente,  porque  aquí no se le dio una oportunidad.

Anoche me dieron una información que habrá que investigar. Al parecer, un grupo árabe estaría interesado en comprar al Aurich. Todos sabemos que Edwin Oviedo se mantuvo en la presidencia,  aun en contra de la opinión de sus hermanos. Ahora que no está, el grupo cusqueño de los Oviedo Pichottito habrían sondeado algunas posibilidades para dejar el equipo. Una de ellas, habría sido con el presidente Humberto Acuña, que según me enteré, habría dicho que lo pensaría. Y mientras tanto, los árabes estarían avanzando.

Esto es al margen de los hinchas, nosotros lo que queremos es ver a nuestro equipo ganar y luchar por el título.  Queremos ir al estadio para disfrutar con nuestro Aurich o verlo por la televisión sentando su clase en cualquier lugar. Yo seguiré llevando a mi Fabito, a ver a su Aurich, pero permítanme preguntar, para estar preparado: “¿VAMOS A SUFRIR SEÑOR MOSQUERA?”.



lunes, 2 de febrero de 2015

LAS EMERGENCIAS DEL ALCALDE CORNEJO

Hay un viejo adagio peruano que dice “una cosa es con guitarra y otra cosa es con cajón” y que caería como anillo al dedo al alcalde Chiclayo, David Cornejo Chinguel (DCCh), a quien sus asesores  lo llevaron, quizás con su complacencia,  a ejercer el cargo, cuando tenía solo la condición de alcalde electo. Y, entonces en su afán de demostrar que viviríamos un “Chiclayo Diferente”, se comenzaron a cometer una serie de errores, algunos de los cuales han empezado a generar una especie de camisa de fuerza sobre el burgomaestre de la ciudad, apenas en el primer mes de su gestión oficial.

A Cornejo Chinguel alguien  lo convenció que, logrado el triunfo del 5 de Octubre, tenía que demostrar presencia referente en la comunidad. Había sin duda  un descalabro monumental en la administración municipal y los chiclayanos queríamos ver una luz al final del túnel, que nos devolviera la esperanza en un futuro mejor. Y, claro, para lograrlo  había que enviar mensajes originales, contundentes y, aunque resultaran un tanto insólitos, pudiesen se digeridos por la opinión pública.

Y, entonces realizó dos actuaciones inéditas. El tres de Diciembre del 2014 se presentó en la Comisión de Vivienda del Congreso y, luego del maltrato de un congresista que llegó a decir: “¿por qué tenemos que escuchar a este señor que solo es una autoridad electa y no la autoridad en ejercicio?” DCCh logró lo que para algunos fue una victoria pírrica. La Comisión aprobó de manera unánime la expropiación de las 36 tiendas del Mercado Modelo y él se abrió un frente de lucha que, al momento, ya le cuesta dos denuncias penales.

Expropiar las tiendas le va a costar a la administración cornejista mucho tiempo y a los chiclayanos, es casi seguro, mucho dinero. Los propietarios están dispuestos a ir a instancias internacionales para salvaguardar sus derechos, si es que en el país no se los reconocen. Además, hay que considerar que este año es un año pre electoral y que, en el Congreso se van a debatir varios proyectos que tienen que ver con las elecciones del 2016. La expropiación de las tiendas, va a estar en el furgón de cola y es posible que se acaben los 4 años de gestión y no se logre nada.

La otra actuación se dio el 17 de Diciembre pasado, cuando presentó a su equipo de gerentes y subgerentes. Todos aplaudimos esta novedad porque, como él dijo: “los pongo en vidriera para el escrutinio público”. Lo malo es que, a las casi 72 horas tuvo que hacer variantes y no por sugerencia de los vecinos. El Arquitecto Marcial Mocarro que había sido designado para ocupar una gerencia, fue dejado de lado por tener “algunos problemas con una institución donde había trabajado”. Mocarro, un joven profesional con muchos méritos, es hoy, según una versión que me hicieron llegar, funcionario de EPSEL. Si así fuera, la pregunta sería: “¿tan rápido logró superar su problema?”

El caso de otro destituido, el Profesor Guillermo Guerrero, sí que fue sui géneris. Cuando lo presentaron, mientras conversaba conmigo, observó a un grupo de dirigentes de transportes y me dijo: “allí están mis cuchillos, seguro que le están diciendo al alcalde que me saque”. Duró 13 días.  Por haber firmado una orden en el dorso de un recurso, se vio obligado a renunciar, aunque dicen, lo destituyeron. Ruperto Míñope, referente dirigencial de los transportistas, señaló: “no se justificaba la salida de Guerrero por una firma. Él es un hombre que conoce el sector y le va a hacer falta al Alcalde”.

Lo cierto es que en algunos círculos apepistas estas designaciones generaron varias decepciones, pues son pocos los llamados a trabajar en la MPCh y, entonces se agudizaron las  críticas,  no tanto sobre Cornejo, sino sobre uno de sus principales asesores y actual alcalde de Monsefú, Miguel Ángel Bartra.  El exalcalde chiclayano habría sido el que recomendó a Mocarro y a Guerrero, entre otros funcionarios. “Se olvidó que él es militante apepista y que la militancia fue la que logró la victoria municipal de Cornejo”.

El dos de Enero del presente año, el día de su juramentación, dijo algunas cosas que bien podría valer una misa concelebrada. “Vamos a declarar en emergencia a la MPCh por 100 días.” “Que no se preocupen los hermanos comerciantes del Modelo, que vamos a encontrar juntos solución a los problemas que los aqueja”. “Que los dueños de las tiendas no se preocupen que vamos a dialogar para no afectarlos”. “Que vamos a luchar contra los perversos que tanto daño nos han hecho”. “Que voy a viajar al extranjero para conseguir dinero y poder hacer las obras que necesitamos para hacer de Chiclayo una ciudad diferente”.

Palabras que causaron una grata sensación en quienes las escuchamos. Todos necesitamos recuperar el optimismo, el hacer que la esperanza vuelva a renacer entre nosotros. Ya no queremos más robos, más obras inconclusas, más edificios de 10 pisos, cuando solo deben ser de 5. Queremos que el alcalde y los regidores eleven el nivel ético y moral de la Municipalidad.  Es verdad, 30 días son pocos para hacer un análisis crítico de lo que se ha hecho, pero DCCh ofreció también hacer informes periódicos de los avances de su “emergencia” y, por lo menos, yo no los conozco. No sé si alguno de ustedes sí.

Se ha criticado el uso del término “emergencia”. Claro, en la administración pública la aplicación de ese término implica una especia de impunidad para hacer lo que se quiera en el sector. Cornejo debió hablar de “reestructuración económica, financiera y  laboral”. Hoy se dice que la Contraloría está pidiendo información sobre los motivos que llevaron a declarar en emergencia a la municipalidad. De igual manera lo ha hecho la regidora aprista Laura Hernández, quien se abstuvo en la votación donde se aprobó la medida y que acaba de declarar que, a pesar de haber pedido los documentos pertinentes, no se los han entregado.

Las “emergencias” reales del alcalde las ha creado él, en el campo indiscutido de la realidad.  En vez de decirle al Poder Judicial que  no podía implementar la orden de desalojo de los comerciantes ambulantes del Modelo, debido al poco tiempo que tenía en el cargo, prefirió hacer suya la disposición judicial e implementar las medidas de desalojo, antes de 5 de febrero, fecha en la que se debería implementar la medida.
Los comerciantes lo han calificado de “mentiroso” y hablan de buscar la revocatoria. Claro, esta medida no tiene aplicación en el primer año de gestión, pero comprar el kit y buscar las firmas, sí pueden hacerlo. Por otro lado, DCCh, a la declaratoria de un posible paro de los obreros municipales por un bono que firmó la gestión anterior, les responde casi hepáticamente: “les advierto que puedo tercerizar el servicio y finalmente privatizarlo”. Craso error, primero, porque no es una decisión del alcalde tomar esa medida, pues necesita la aprobación del Concejo, por todas las implicancias que conlleva.

Y, segundo, porque una medida de esa naturaleza implica un estudio técnico que permita una solución integral que incluya a JLO y La Victoria, la ubicación del destino final y la respuesta clara, convincente y contundente sobre cómo quedarán los trabajadores. Sé que la autoridad tiene que mostrar mando y comando, pero si las respuestas que se dan sobre la calentura del momento no son sino eso, unas respuestas calientes, la opinión pública va a comenzar a desconfiar de las acciones del alcalde.

Los chiclayanos queremos que su gestión, Señor Alcalde, sea exitosa. En lo particular, entiendo que algunas acciones que se originan por las presiones del día a día pueden conllevar a cometer errores. Cuando se los señalen, no se moleste. Escuche, analice y si tiene que corregir, hágalo. No hay que tener vergüenza por eso. Al contrario y un buen ejemplo sería para todos, incluyendo a otras autoridades, que revise con sus asesores LAS “EMERGENCIAS”  DEL ALCALDE CORNEJO.