Cuando el 7 de setiembre del 2006 el Espíritu Santo (debemos entenderlo
así, puesto que nunca se hallaron a los verdaderos responsables) lanzó sus
bíblicas lenguas de fuego sobre nuestro Palacio Municipal, originando un
voraz incendio que casi lo destruyó por completo, muchos nos imaginábamos cómo
hubiera sido con gente al interior. Realmente hubiese sido una verdadera
catástrofe. Felizmente, más allá de los
daños materiales, no hubo pérdidas humanas que lamentar.
En la semana pasada, el incendio y posterior explosión de balones de
gas en un depósito clandestino de dichos materiales, nos volvió a una realidad
con la que vivimos y que parece no importarnos, ni a nosotros los vecinos, ni a nuestras autoridades. No
de otra forma puede explicarse la tragedia vivida por los residentes y vecinos
del edificio ubicado en la calle César Vallejos 275 en el Pueblo Joven El
Porvenir, donde más de 20 balones de gas explotaron luego que se desatara un
incendio incontrolable.
El resultado, tres personas
muertas. Una niña de 11 años, su madre y una bebe de tres meses de nacida. Y
hay también varios heridos. ¿Hay algún responsable de esta tragedia? Sí. Diría
más bien, varios. Pero, empecemos por el propietario del inmueble, un sujeto
llamado Humberto Coronel Regalado,
quien no solo tenía ese depósito, sino otro más en un lugar cercano, donde la
Fiscalía encontró más de mil balones de gas almacenados. Ambos locales, sin la
documentación en regla. Estaría clavada
la figura del homicidio culposo. El agravante para Coronel, es que al parecer
no se preocupó por la suerte de los heridos, menos aún de los muertos. Una bebé
de tres meses, indefensa, que nunca sabrá el porqué tuvo que morirse antes de
empezar a vivir su vida.
Lo patético del caso es que, a
raíz de las muertes, los burócratas se convocaron para analizar el tema de la
informalidad de los distribuidores de gas. ¡Increíble! Esperan que se produzca la tragedia para recién convocarse, hablar entre
ellos y luego salir a pontificar, para que los medios informen a la opinión
pública sobre su abnegado trabajo, que lo asumen con fraternal aprecio para con
la comunidad en la que están inmersos. “Fariseos del siglo XXI”.
Uno de los primeros en declarar con
el evidente propósito de tomar distancias de la tragedia, fue Heraclio Prada Martínez, el jefe de la
oficina local de OSINERGMIN. Este burócrata de escritorio, salió a decirnos
que “para evitar que se repita la
desgracia ocurrida en El Porvenir, es necesario que exista mayor control de
parte de las municipalidades”. Y,
entonces me pregunto: “¿cómo puede justificar Prada Martínez su sueldo?” Él
es un funcionario de nivel SP-ES E1-3, cuyo haber mensual está entre 10,700 y
12,500 soles. ¿Y qué hace para justificar
su remuneración? Pues, en el informe que alcanzó a su superioridad en el 2013,
mencionó 47 campañas de orientación en calles, plazas, mercados y ferias.
¿Habrá ido al PJ El Porvenir?
Dijo que visitó 11 municipios (ni siquiera uno por mes). Que participó
en tres operativos junto al Ministerio Público, Electro Norte y la Defensoría
del Pueblo. No menciona a la MPCh, ¿habrá
sido acaso porque no quería juntarse con Torres Gonzáles? ¿Quién sabe
señor? Prada asegura que se reunió 19
veces con el periodismo local. No recuerdo haber sido invitado, pero es
posible que en su oficina no me conozcan. Así que no me quejo. Y aseguró que el
30 de octubre del 2013 hizo el seminario “Seguridad
en las instalaciones de gas licuado de petróleo- Región Lambayeque” y aseguró
que asistieron 186 personas. ¿Habrá estado allí Humberto Coronel Regalado?
Pero, Prado Martínez no es el
único que debe expiar sus culpas. Mi
amigo y secretario técnico de del Comité de Defensa Civil del GRL, Carlos
Balarezo Mesones, también tiene
responsabilidad en esta situación. Se ha sabido que el local siniestrado funcionó
como depósito para venta de balones de gas casi durante 20 años. Y, la calle
Santa Rosa del PJ El Porvenir no está en los “requintos infiernos”. Balarezo
quiere responsabilizar a OSINERGMIN,
pues dijo: “no se trata de
autorizar la apertura de gas, sino de fiscalizar que la manipulación se haga de
manera correcta”. Y, en una nueva demostración de su “conocimiento de
causa”, Balarezo Mesones señala que 60%
de los depósitos de venta de gas serían informales. La pregunta que me hago es
si: “¿acaso el buen Carlitos, sabrá cuánto es el 100%?”
A los dos días de la desgracia,
cual cruzados de la Edad Media, los burócratas salieron a la cancha y teniendo
como abanderada a la fiscal Ivonne Zárate,
convertida desde hace un tiempo en una especie de “Juana de Arco” o “Juana la Doncella”, como se le conocía en
Francia, pero a la chiclayana. Y, entonces en una mañana cerraron 20
establecimientos dedicados a la venta de gas informal, ubicados de acuerdo a
las informaciones periodísticas, a inmediaciones del edificio fatídico.
Zarate, quien es fiscal de
prevención del delito, se hizo conocida por sus enfrentamientos con la ex
regidora encargada de la alcaldía, a la que le puso los puntos sobre las íes
varias veces , llegando incluso a denunciarla. Los que la conocen, saben y
dicen que es una mujer aguerrida, “tiene
calle, es de Campodónico”, me dijo un colega, cuando se le vio en sus
primeras acciones como fiscal de prevención. Después de la tragedia, en donde
Zárate no tiene ninguna responsabilidad, debemos entender que ella encabezará
la tarea de descubrir los depósitos clandestinos, sancionar a sus conductores y
clausurarlos.
Claro que ella sola no va a poder
hacer la tarea. Requerirá el apoyo municipal y ojalá de OSINERGMIN. Descontado
está que, Carlos Balarezo, el “Profeta
de las Desgracias” como lo calificara alguna vez Yehude Simon, tendrá que entrar a tallar con energía, para evitar
que accidentes fatales como los que hemos vivido se vuelvan a repetir. Me
imagino que, si no es Ivonne Zárate, otro fiscal tendrá que asumir la
investigación para determinar las responsabilidades. Se ha adelantado
información que el local de Coronel Regalado no tenía documentación en regla.
Pero, ¿y si la presenta? Allí sí que se arma Troya. Y, entonces los homicidios
culposos pueden pasar a dolosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario