domingo, 28 de septiembre de 2014

¿TENEMOS PSICÓPATAS EN LA POLÍTICA PERUANA?

Algunos analistas y políticos en actividad, han coincidido en  que las exigencias, para poder ostentar autoridad luego de pasar por un proceso electoral, deben ser más prácticas y capaces de ser evaluadas por todos. Hoy en día, se piden datos de estudios  primarios, secundarios y universitarios. Se quiere saber dónde trabajó, que cargos ocupó, cuál es su paso por la política partidaria. Y, claro, muchos nos preguntamos “¿a quién realmente le interesan esos datos? … ¿Qué utilidad, finalmente, genera para el elector?”

¿Debemos entender en todo caso, que  una persona con instrucción básica solamente y con una experiencia de vida impresionante no puede ser elegida autoridad? ¿Y qué pasa si su comunidad le reconoce méritos? como no es profesional,  como no tiene maestrías, doctorados y otros grados, ¿está excluido de poder ser electo?

En el anterior artículo sumariamente señalaba dos puntos que deberían ser tomados en cuenta para las próximas elecciones regionales y municipales. Los partidos y movimientos políticos que deseen participar, deben acreditar presencia activa, que incluya local partidario en cada uno de los distritos que conforman una provincia y además presentar listas participantes con militantes inscritos en cada distrito.

Pero también los candidatos deberían probar algunas experiencias de vida, es decir aquellas que no se estudian en la universidad. Por ejemplo, que los candidatos a los municipios hayan formado una “Junta Vecinal”, por lo menos en el barrio donde viven.  Si lo que desean es servir a su comunidad, que demuestren las labores sociales de servicio que hayan efectuado. Si no les interesa el ganar dinero, que coloquen en la declaración jurada de inscripción sus ingresos mensuales y sus bienes patrimoniales, sin acogerse, como muchos lo han hecho, a que ese dato  era  opcional.

Y, en el caso de los candidatos a las regiones, el acreditar la formación de empresas o de liderar las mismas. Que se pueda comprobar que nunca quebraron empresas. Que sus movimientos financieros siempre fueron transparentes y de ser posible, que la SUNAT y en caso de Chiclayo, el SATCh, les otorguen certificados que indiquen que son buenos contribuyentes. Con esto se evitarían especulaciones, que en vez de intentar aclarar, solo causan  daños innecesarios.

Sin embargo, una de las sugerencias más reclamadas, pero también cuestionadas, es la exigencia para que los candidatos, presenten certificados médicos, en los cuales se señale claramente que no son  drogadictos.  Como todos sabemos, la drogadicción es una enfermedad que consiste en la dependencia de sustancias que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones.

Hace un tiempo leí una entrevista que la periodista Laura di Marco le hiciera al Doctor Hugo Marietan y que tituló: “DONDE HAY PODER, HAY PSICÓPATAS” y que quiero compartir con ustedes en estos momentos políticos electorales que estamos viviendo en el país.  Marietan es un psiquiatra y escritor argentino de mucha experiencia en el estudio de la mente y el comportamiento humano. Es egresado de la Universidad de Buenos Aires, donde actualmente es docente y es un líder de opinión en psicopatía.

Según Marietan, “la psicopatía se muestra en la acción. El fantasear sobre matar, violar, estafar, dar y no plasmarlo en la realidad, no es psicopatía. El vociferar amenazas, tampoco. El psicópata HACE Y HACE HACER. Puede elaborar exquisitos planes, detalladas secuencias, o intrincados diagramas para sus acciones, pero es la descarga en lo real de todo ese material intelectual, lo que lo hace psicópata”.

Para el psiquiatra argentino, cualquiera no es un psicópata. Señala que no hay entrenamiento para lograr una mente psicópata. Que no hay un medio que lo genere. De acuerdo a sus investigaciones, “estos seres deambulan entre nosotros. Son así. Son formas de ser, como lo somos todos, pero tienen necesidades especiales y formas atípicas de satisfacerlas.

Entre los rasgos más frecuentes entre los psicópatas, se pueden mencionar: a) el uso particular de la libertad, b)intolerancia a los impedimentos, c)creación de códigos propios, d) necesidad de estímulos intensos, e) uso de drogas, f)satisfacción sexual perversas, g) Egocentrismo y sobrevaloración, h) manipulación, a través de mentiras, coerción, actos fingidos y fascinación. Por supuesto hay más, pero el propósito del artículo no es señalarlos en su totalidad.

La entrevista de la periodista Di Marco fue publicada en agosto del 2013 y en ella, Marterian dio opiniones antológicas.  Dijo por ejemplo: “La política es un ámbito donde el psicópata se mueve como pez en el agua, lo que no significa que todos los políticos sean psicópatas, por eso los podemos encontrar en la izquierda y en la derecha”.

Cuando di Marco le pregunta: “¿Cómo distinguimos a un político psicópata?”. Marterian responde: “Trabaja siempre para sí mismo, aunque diga lo contrario. Es un mentiroso e incluso puede fingir sensibilidad. Actúa. Y uno le cree una y otra vez, porque es muy convincente. Un dirigente común sabe que tiene que cumplir su función durante un tiempo determinado. Y cumplida su misión se va. Al psicópata en cambio, una vez que está arriba, no lo saca nadie. No suelta el poder y mucho menos lo delega”.

Y añade: “otra característica es la manipulación que hace de la gente. Alrededor del dirigente psicópata se mueven obsecuentes, gente que, bajo su efecto persuasivo es capaz de hacer cosas, que de otro modo no haría. Y puede ser gente muy inteligente”. Y claro uno se pregunta cómo es que gente inteligente, preparada se deja manipular. El psiquiatra argentino responde: “porque es vulnerable a los psicópatas, porque éstos siempre trabajan con las mentes de los demás. Cuando una persona es vulnerable, el psicópata se mete en su cerebro. Lo captura. Y cuando esto sucede, lo convierte en su esclavo mental”.

Otro de los conceptos, que en esa entrevista dio Marterian, resulta estremecedor: “el psicópata es un manipulador, MANDA A HACER, NUNCA HACE ÉL. Es ingrato, carece de empatía, de la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Y cuando lucha por el poder, aísla a su enemigo y lo ningunea. O mejor dicho, manda a los demás a ningunearlo”.

Sin embargo, es preciso señalar que el psiquiatra argentino hizo también una importante aclaración: “Por supuesto que se puede ejercer el poder sin ser psicópata y de hecho la gran mayoría de líderes no lo son. Algunos trabajan por una reelección, pensando en los demás, buscando el bienestar común. El líder comunitario se distingue porque forma alianzas y consensúa. Cede para avanzar en la carrera política. El psicópata carece de capacidad para el consenso, porque precisamente no puede ponerse en el lugar de otra persona”.

Entiendo y estoy seguro, que ustedes, al leer éste artículo, habrán pensado de inmediato en algunas de nuestras autoridades y, por supuesto, en algunos de los candidatos. Por eso pregunto ¿TENEMOS PSICÓPATAS EN LA POLÍTICA PERUANA?

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