domingo, 15 de junio de 2014

ESTE ES EL APRA. ¿QUÉ LES PARECE? II

Lucho Gasco Bravo, el ex alcalde de José Leonardo Ortiz, el ex congresista de la República, fue, es y para muchos seguirá siendo aprista. El año pasado, cansado de tener que soportar lo que Javier Velásquez hacía en Lambayeque y preocupado que le impidiera tentar nuevamente ser el alcalde leonardino, decidió dar un paso al costado. “Renuncio al APRA. Es imposible soportar acciones que le hacen daño al partido y nadie dice nada. Me voy”, dijo resuelto, quien fuera alguna vez, el tesorero aprista. El hombre que pagaba los gastos, cada vez que su amigo Alan García, dejaba caer su humanidad por estas tierras.

Gasco nunca se imaginó que al irse con el sueño de crear su propio movimiento, motivaría a los capitostes apristas a ponerle al frente a quien menos se imaginó: su hijo Marco Gasco Arrobas (MGA). Sí, el mismo en quien había depositado su confianza para que manejara una parte importante del negocio familiar. El mismo que había empezado su propio vuelo  y que había demostrado su capacidad profesional, siendo presidente del AGROBAN. Ese joven al que él, lo hizo aprista. Ahora lo tenía en la vereda del frente y no con un movimiento propio, sino con el enemigo más encarnizado que tiene el aprismo, Alianza para el Progreso.

Los Acuña, paisanos del patriarca de los Gasco, no requirieron de mucho esfuerzo para convencer a Lucho de que se convirtiera en apepista. Fue en el fundo de Humberto Acuña donde las cosas se definieron. Ya estaba Lucho con la “A” en el pecho y Marco empezaba su camino, defendiendo la estrella aprista. Los rumores de discusiones al interior de la familia fueron fuertes e insistentes. Lucho salió a los medios y no ocultó su enojo: “Yo le dije a Marco que iba a ser candidato por APP, Marco no obró correctamente y aceptó el pedido que le hicieran los apristas para que busque la alcaldía de Chiclayo”, dicho sea de paso esquiva para el partido de Alan García, desde la década de los 80.

Marco nunca respondió de mala manera a las declaraciones de su padre. Al contrario, y sabiendo que tenía muchos factores en contra, decidió trabajar con ahínco su campaña. Casi en solitario, empezó a recorrer calles, plazas, mercados, distritos y a contactarse con representantes  de gremios. El no haber vivido de manera permanente en Chiclayo, le iba a generar un triple esfuerzo: conocer la problemática que nos agobia, mirar con visión de futuro las soluciones  y tomar las distancias con su padre, sin faltarle el respeto y sin generar suspicacias entre los apristas.

Con una estrategia desconocida en los apristas, siempre frontales, siempre polémicos, Marco siguió el ejemplo del fantasmagórico Manuel Valverde. En un inicio, dio declaraciones a los medios, pero luego, entró en un extraño silencio. Dicen que es parte de una estrategia debidamente planificada, entendible para Valverde y Palma, ambos con denuncias penales judicializadas, que pueden ser fatales para ellos y su partido. Pero Marco no tiene esos problemas y el espíritu de cuerpo, a estas alturas, lo único que genera es una mala señal de su imagen ante la opinión de los apristas y de los electores en general, que aprecian su presencia en estas elecciones.

Dicen los que conocen los intríngulis apristas, que ninguna candidatura vale, hasta que no la aprueba García y sus adláteres. Dicen que hay una pugna imposible de ocultar, entre Javier Velásquez, que defiende ardorosamente su autoridad sobre todo lo que pasa en Lambayeque, y dirigentes como Omar Quezada, Jorge del Castillo y Genaro Vélez, entre otros, que ven con suma preocupación lo que pasa en el aprismo local. Se especula que la táctica de Velásquez es impedir que aparezcan nuevas figuras, que puedan no empañarlo, porque sin duda eso será muy difícil, pero sí empezar a desconocer su liderazgo.

No se conoce mucho de los asesores que tiene MGA en estos tiempos, pero sí de uno por lo menos, el experimentado periodista y analista político Ricardo Cervera Niño, que volvió a vivir a Chiclayo, según he sabido, por indicación del propio Alan García, de quien es muy amigo. “Quiero que lo ayudes a este muchacho. Quiero que gane en Chiclayo”, le habría dicho el ex presidente, y Ricardo, con un perfil bajo, viene hablándole al oído a Marco, volcando toda su experiencia electoral, como lo hizo cuando asesoró a Javier Pérez de Cuéllar.

Se ha conocido una lista, que podría ser una especie de pre lista de candidatos a regidores. El mismo Marco me la hizo conocer. La encabeza César Torres Gálvez, un independiente, Contador Público Colegiado, con una Maestría en la USAT. Fue durante varios años, el contador del grupo Gasco.  Hoy, ha abierto una consultora, en sociedad con el CPC Tadeo Caballero, un destacado tributarista, alejándose así del grupo. Sin embargo,  no han impedido las fuertes críticas de los apristas de viejo cuño, que dicen: “es un empleado de Lucho Gasco”, “le debe mucho de lo que es a Lucho”, o que dando el toque político digan: “¡cómo va a ser posible que un no aprista vaya como primer regidor”!

Pero las críticas a la pre lista de MGA, no acaban con las efectuadas al primer regidor, del que varios no apristas tienen un excelente concepto, sino que siguen con quien ocupa el segundo lugar, la profesora Laura Yrene Hernández Gonzáles, que justo hoy 15 de junio, cumple años. Como es mujer no digo la edad, es militante aprista. Sin embargo, se trata de un cuadro poco conocido. No se sabe si tiene experiencia en administración pública, ni menos municipal. Es miembro de la generación “Ciro Fernández Salgado”, una especie de club de estudios, que hasta ahora no tiene ningún graduado connotado.

El que va en tercer lugar es, según MGA, un empresario exitoso, de nombre Juan Manuel Vásquez. He consultado a varios apristas y no lo conocen. Un ex secretario general en Lambayeque, me dijo: “el gran problema es que MGA, ha hecho la lista solo. Ha puesto gente  que no son del partido, pero son sus amigos”. Debo señalar que, cuando conversé con Marco, le pregunté sobre el apellido materno de Vásquez y me dijo no recordarlo. Eso es grave, pero peor, es la opinión de sus compañeros.

Los que van en el puesto cuarto, siete, ocho y nueve, sí son apristas conocidos. Aunque con poco vuelo en el ámbito extra partido, Elar Vallejo Rojas, maestro de escuela, alguna vez fue jefe del programa Pro Joven, de donde tuvo que salir al no aceptar presiones de un congresista (está demás decir de quién se trata) para que coloque a su gente.  Alan Víctor Manuel Fernández Guevara, es un joven de 22 años, que según me han dicho, es doctor en leyes.  Nieto de un veterano militante aprista don Ciro Fernández, e hijo de Ciro Fernández Salgado, asesinado vilmente una noche en que, acompañando a Velásquez, volvía de Saña. Hay en éste joven muchas expectativas de su futuro político, incluso una militante aprista, Margarita Reyes Ayasta, le ha pedido a MGA, lo coloque  como primer regidor.

William Ballena y Milagros Quispe, ambos apristas, que ocuparían el puesto ocho y nueve, no aportan mayores luces sobre sus hojas de vida, pero algo les habría visto MGA, para considerarlos. El asunto ahora, va por lo que puedan responder los  compañeros, una vez que se oficialicen las candidaturas, porque en los puestos cinco y seis, van dos invitados de MGA: el empresario Manuel Peramás Sánchez, con nula  participación en política y el ex trabajador de Backus, Jorge Arbulú, en las mismas condiciones que Peramás.

Una fuente confiable me dijo que el problema radicaba en que MGA no ha consultado a ningún dirigente para conformar su lista, lo que ha provocado malestar y enojo entre la militancia. Ya hay voces que señalan que van a votar por Gasco, pero por Lucho Gasco en JLO, por Chiquitín Salazar en Ferreñafe y si depone su “conocida soberbia”, por Alberto Ortiz Prieto  en Chiclayo. Un factor de gran importancia será el trabajo que pueda desarrollar entre los apristas descontentos, Clara Ortiz Prieto, una aprista de viejo cuño, que, alguna vez, por decisión aparentemente de Velásquez, quedara fuera del Congreso, al que había accedido en buena ley.


Que Dios los coja confesados a los apristas. Su líder, Alan García, requiere de triunfos regionales y municipales, para afianzar sus deseos de volver a ser presidente. Claro está, que va a tener que jugar su imagen y autoridad en algunas decisiones. Lo dejará sin piso a Velásquez, que tan útil le ha sido y le es. Mirará con ojo avizor el futuro del APRA en la región, donde la presencia de su adlátere, crea rechazo en muchos niveles apristas  y no apristas. En su decisión magnánima estarán las próximas generaciones de los apristas, mientras tanto, podemos volver a decir “ESTO ES EL APRA. ¿QUÉ LES PARECE? II 

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